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Un comportamiento extraño en el campo magnético del Atlántico Sur se remonta a hace 11 millones de años, y es poco probable que esté relacionado con una inversión inminente del campo magnético de la Tierra, según han encontrado los investigadores.
Los polos magnéticos de la Tierra, que sirven como base de nuestra navegación, se están moviendo activamente. El campo magnético invierte su polaridad cada varios cientos de miles de años, donde el Polo Norte magnético reside en el Polo Sur geográfico.
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La última reversión tuvo lugar hace 770 mil años, pero si ocurriera una reversión durante nuestra vida, podría afectar la navegación, los satélites y las comunicaciones. El comportamiento desconcertante en la región del Atlántico Sur provoca perturbaciones técnicas en los satélites y las naves espaciales que orbitan la Tierra, lo que ha dejado perplejos a los expertos.
El área es objeto de debate entre científicos, algunos de los cuales cuestionan de dónde proviene y si podría indicar el debilitamiento total del campo, e incluso una próxima inversión de polos.
El campo magnético de la Tierra protege nuestra atmósfera del viento solar, que es una corriente de partículas cargadas que provienen del sol. El campo geomagnético no es estable en fuerza y dirección, y tiene la capacidad de voltearse o revertirse. La Anomalía del Atlántico Sur es un área que se extiende desde África hasta América del Sur, donde el campo magnético de la Tierra se debilita gradualmente.
Aquí están las buenas noticias: en una investigación publicada el lunes, los científicos de la Universidad de Liverpool dijeron que tienen pruebas de que la Anomalía del Atlántico Sur de hoy es una característica recurrente, y es poco probable que esté relacionada con una inversión inminente del campo magnético de la Tierra.
Los investigadores analizaron rocas ígneas de la isla de Santa Elena, una pequeña isla volcánica ubicada justo en el medio del Atlántico Sur y se encuentra en la Anomalía del Atlántico Sur. Los registros geomagnéticos de las rocas, que cubrieron 34 erupciones volcánicas del área entre 8 y 11 millones de años atrás, revelaron que el campo magnético para Santa Elena a menudo apuntaba lejos del Polo Norte, tal como lo hace ahora.
En gran parte generado por un océano de hierro líquido sobrecalentado en el núcleo de la Tierra, el campo magnético crea corrientes eléctricas, que a su vez generan nuestro campo electromagnético cambiante. El campo, que no es estático, varía tanto en fuerza como en dirección, según la Agencia Espacial Europea.
“Nuestro estudio proporciona el primer análisis a largo plazo del campo magnético en esta región que se remonta a millones de años“, dijo el autor principal Yael Engbers, estudiante de doctorado en la Universidad de Liverpool, en un comunicado. “Revela que la anomalía en el campo magnético en el Atlántico Sur no es única; anomalías similares existieron hace ocho u 11 millones de años”.
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“Esta es la primera vez que el comportamiento irregular del campo geomagnético en la región del Atlántico Sur se ha demostrado en una escala de tiempo tan larga”, señaló Engbers en el comunicado. “Sugiere que la Anomalía del Atlántico Sur es una característica recurrente y probablemente no sea un signo de una reversión inminente“.
“También respalda estudios anteriores que sugieren un vínculo entre la Anomalía del Atlántico Sur y las características sísmicas anómalas en el manto más bajo y el núcleo externo“, agregó Engbers. “Esto nos acerca a vincular el comportamiento del campo geomagnético directamente con las características del interior de la Tierra”.
Ashley Strickland de CNN contribuyó a este informe.
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