En las últimas dos semanas, el gobierno ha asegurado que los contagios por coronavirus han disminuido y que estamos ante una “leve mejoría”. Además, el Ministerio de Salud (Minsal) confirmó el desconfinamiento gradual para las regiones de Los Ríos y Aysén, ya que se habrían estabilizado los casos y existirían las condiciones para efectuarlo.
Según datos del Minsal, Espacio Público y el investigador Ricardo Baeza-Yates, la Región Metropolitana ya habría alcanzado el peak. Aún así la preocupación se mantiene latente en esta zona, pero también en el resto del país. Las regiones evidencian una situación preocupante en el avance del virus y el aumento de los contagios.
En este contexto se reunieron a través de las plataformas digitales de CNN Chile, María Paz Bertoglia, Tomás Perez-Acle, Ricardo Baeza-Yates y Gonzalo Bacigalupe.
La epidemióloga aseguró que sí se ha observado un progreso a nivel nacional en los últimos 15 días, pero que no se puede decir lo mismo de las regiones. Respecto de la situación país y de la Región Metropolitana, Bertoglia señaló que “estamos mejor que antes, pero no quiere decir que el día de mañana siga esta tendencia y para eso tenemos que trabajar”.
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Esta percepción de mejoría tiene relación con indicadores como los niveles de contagio, la cantidad de personas fallecidas y el R efectivo. Respecto a este último, el biólogo computacional y profesor del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso, Tomás Pérez-Acle, explicó que este número no puede estar sobre uno, porque significaría que la epidemia se sigue expandiendo.
Sin embargo, según los análisis que se realizan con los datos entregados en los informes epidemiológicos, se evidencia que muchas de las comunas del país están en un proceso de contracción de la epidemia: es decir el R efectivo está bajo uno. Aun así, en la mayoría de las comunas en Chile el número oscila cerca del valor de uno. Respecto del último informe, hay muchas que volvieron a pasar este número. Otras como Tocopilla, Vallenar, Antofagasta o Machalí siguen creciendo sobre el valor esperado.
El territorio nacional es muy diverso. Esto ha provocado distintos resultados y avances del virus en aquellos lugares. Por ejemplo, hay comunas en el extremo sur que no presentan contagios. Otras en que tampoco han fallecido personas. De ahí la necesidad de tomar medidas acordes a los territorios.
Frente a esto, el profesor de la Universidad de Massachusetts de Boston e investigador del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden), Gonzalo Bacigalupe aseguró “que se necesita pensar en el territorio siendo muy diverso, que no sólo necesita datos precisos de cada lugar, sino que decisiones adaptadas a cada lugar”.
La trazabilidad y cantidad de test
“Hay que volver a tener una epidemia trazable”, afirma María Paz Bertoglia. La epidemióloga valora la incorporación de un protocolo de trazabilidad, a pesar de la tardanza -4 meses desde el primer caso-, pero insiste en que los datos de estos indicadores deben ser transparentados.
Tomás Pérez-Acle explica que tomando la cantidad de test que se hacen actualmente, la cantidad de infectados y la positividad, se puede calcular un subreporte de asintomáticos y cuántos infectados sintomáticos se debieran mirar. Agrega que ese valor es al menos el doble de infectados, con esto, el valor total de contagiados sería mucho mayor.
En base a eso, plantean varias hipótesis de por qué las personas no se realizan los exámenes PCR. Pérez-Acle afirma que los factores climáticos podrían incidir, pero descarta que sea por un problema en la capacidad de testeo. Aunque también esboza la posibilidad de que sí haya disminuido el número de infectados.
Por su parte, el director de Ciencia de Datos de Northeastern University en Silicon Valley e investigador del Instituto Milenio Fundamentos de los Datos, Ricardo Baeza-Yates señala que se ha perdido la noción de quienes están contagiados por la diferencia que se da en dónde se realizan los test.
Explica que la curva de test por millón de habitantes en la Región Metropolitana, va a la par con la curva de fallecidos, mostrando un peak de cinco días antes que la de los decesos. Añade que esto demuestra que los test están en promedio nueve días atrasados. Baeza-Yates advierte respecto a la situación que ocurre en regiones. En primer lugar, que hay una cantidad mucho menor de test por millón de habitante. Sin embargo, afirma que a partir del 23 de junio disminuye la curva del test, pero aumenta la que evidencia el avance de la pandemia. En base a eso, esboza que esto se podría deber a que las personas no están yendo a hacerse los test cuando corresponde.
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Con todo esto, explica que en la zona norte los mayores problemas de observan en Calama, Iquique y comunas pequeñas del altiplano. En el caso de la zona central, el problema se evidencia mayoritariamente en Santiago, pero también en Zapallar y Curepto. Sobre la zona sur, es el lugar que menos riesgo presenta actualmente.
Por su parte, Gonzalo Bacigalupe, agrega como hipótesis que el problema radica en que la mayor capacidad de testeo se encuentra en el sistema privado. Por esto, hay una parte de la población que no puede pagar para efectuárselo. “No estamos detectando lo suficiente en donde probablemente hay más contagios”, afirma el investigador.
Explica que lo que se ve en Santiago, respecto al patrón costo del test, probablemente se repita a nivel regional. Agrega que la limitancia para realizar un examen también radica en cuestiones sociales y de género. Por ejemplo, señala que hay muchas mujeres que antes del confinamiento ya estaban confinadas por su labor de cuidadoras, por tanto, se evidencia una dificultad mayor para aquellas que puedan salir a testearse.
“Siempre el nivel de contagio y casos activos que se reportan, están conectados al nivel de testeo”, señala Bacigalupe. También ejemplifica que en comunas pequeñas el impacto social y discriminador entre los pobladores, puede ser un factor para que una persona no se realice un examen. A eso agrega que “el testo no es infalible. Hay muchos falsos negativos. Muchas personas se hacen el test, tienen los síntomas, y pueden hacerse hasta dos test y no aparecer como positivos”.
Acciones regionales
Los expertos señalaron algunas ideas que se pueden comenzar a aplicar en las regiones. Tomás Pérez-Acle afirma que tiene que haber un empoderamiento de la Atención Primaria de Salud, fortaleciéndolos, entregándoles recursos económicos y también de personal. Agrega que se le tiene que entregar mayor capacidad de toma de decisiones a las autoridades locales. Ejemplifica con los cordones sanitarios y plantea la posibilidad que se apliquen test rápidos en las aduanas sanitarias entre comunas o regiones.
En tanto, María Paz Bertoglia señala que es importante darle voz a la población y mejorar las estrategias comunicacionales: “La única forma de controlar una epidemia es conocer lo que está ocurriendo”. La epidemióloga reitera la necesidad de una estrategia fuerte de testeo, trazabilidad y aislamiento como base de contención.
“En las decisiones se deben incorporar las voces locales. No pueden seguir tomándose las decisiones sólo a nivel central”, indica Bertoglia. Pero también hace un llamado a que las comunidades se unifiquen y desde las bases puedan ejercer presión para que las incorporen en la toma de decisiones.
Por su parte, Bacigalupe asegura que es sumamente necesario considerar a las autoridades locales en las determinaciones que se toman. Sobre lo ocurrido con las regiones de Los Ríos y Aysén afirma: “No se trata de avisarles, se trata de decidir con ellos. Las decisiones centrales deberían ser el resultado de un diálogo real”.
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Comunas en riesgo
Durante la transmisión en las plataformas de CNN Chile, Ricardo Baeza-Yates mostró un listado con 21 comunas de las cuales se conoce poco el impacto de la pandemia. Y que con los datos disponibles, se evidencia un riesgo:
Zapallar, Curarregue, Florida, Peumo, Canela, Quilleco, Curepto, Palmilla, Camiña, Nihue, Calbuco, Malloa, San Rosendo, San Pablo, Colchane, Algarrobo, Río Claro, Quinta de Tilcoco, Puren, Tocopilla y Collipulli.
En primera instancia, hay un antecedente que comparten y es que ninguna de aquellas comunas supera los treinta mil habitantes. Al mismo tiempo, tienen una cifra de contagios y fallecidos muy alta en comparación a la población. En el listado no aparece ninguna comuna de la Región Metropolitana. La razón, explica el investigador, es porque se realizan más test, por tanto, se conoce mejor lo que ocurre.
Si bien estas 21 comunas están con un factor de riesgo alto, las más preocupantes son Colchane y Camiá en Tarapacá, Zapallar y Algarrobo en Valparaíso. Además de Curepto en el Maule, Ninhue en Ñuble y Florida y San Rosendo en Bíobío, con tasas muy altas de contagio en comparación a su cantidad de habitantes.
A ello también se agrega que con los datos recogidos a nivel local, Calama tiene el mismo porcentaje de contagio que la Región Metropolitana.
Por su parte, Tomás Pérez-Acle comparó los datos entre la región de Los Ríos y la de Antofagasta mediante un seguimiento al R efectivo.
Por ejemplo, evidenció que en Valdivia el R efectivo en los últimos siete días se posicionó en 1.07 y en los últimos 14 días en 1.13, sobre el valor recomendado. Aseguró que a pesar de que han disminuido la cantidad de contagios, con estos valores se puede decir que la epidemia sigue en expansión. Igualmente, advierte que es un valor que se tiene que mirar en el tiempo y que estos datos son del último informe epidemiológico (5 de junio).
En tanto, al mostrar las comunas de la región de Antofagasta, las cifras son un poco más preocupantes. En dicha región, el valor estuvo bajo uno, pero ahora está nuevamente en alza. Esta baja también se mostró en Calama y la tendencia ahora parece ir hacia arriba.
En siete días, María Elena muestra un R efectivo promedio de 1.12 y Mejillones de 1.17. Con esto, el especialista advierte que en ambas zonas el virus sigue en expansión.
A ello, María Paz Bertoglia agregó que los casos críticos y fallecidos van desplazados en el tiempo, por tanto, se podría ver una mejora en unos primeros días de el R efectivo, pero con ocupación de camas críticas que pueden ir aumento, porque esto se demora en mostrarse al igual que en los fallecidos.
La especialista agrega que el R efectivo debe mantenerse en 0,7 a 0,8, por al menos dos semanas, antes de pensar en medidas de desescalamiento.
Si embargo, Baeza-Yates advierte que hay diferencias entre los datos que se manejan en cada comuna de manera local y los que entrega oficialmente el Minsal. Siendo estos últimos más bajos que los reales.
La falsa seguridad al hablar de peak
“Pasamos el primer peak pero probablemente vamos a tener más peaks”, señala María Paz Bertoglia. Agrega que se ha visto en pandemias anteriores que las segundas y terceras olas son más letales.
Por su parte, Gonzalo Bacigalupe señala que es importante poner atención en aquello lugares vacacionales interregionales como Cartagena y San Antonio, advirtiendo que tendrán problemas una vez que las personas comiencen a ir a las playas.
También añade que hay que repensar las fiscalizaciones, y que estas estén más ligadas a las personas en los territorios y no tener militares y carabineros controlando. Igualmente, sostiene que es necesario mirar las decisiones más a futuro. “Ejemplo, la cuestión educacional. No podemos seguir pensando en si va a haber clases o no, sino que pensar en qué se va a hacer en el futuro con la educación”, explica Bacigalupe.
Respecto del peak, el investigador señaló que hay que pensar las medidas usando la experiencia en ciudades de otros países, pero además no promediar países, porque las curvas no reflejan las diferencias entre regiones, ciudades y pequeños pueblos. “Hay que pensar que lo peor puede suceder. Qué puedo hacer para evitar que ese peor suceda”, concluye Bacigalupe.
Por su parte, María Paz agrega que pasar el primer peak no evidencia que esté fuera de riesgo, sino que se debe usar para aprender de errores y ajustar las estrategias. “El gobierno tiene una oportunidad única en este momento de recuperar la confianza de la ciudadanía por medio de la transparencia de los datos y de involucrar a las autoridades locales”, agrega la epidemióloga y enfatiza en la necesidad de fortalecer el testeo, trazabilidad y aislamiento.
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Ricardo Baeza-Yates asegura que la razón principal de que existiera un peak es porque la cuarentena funcionó. “La razón principal de que hubo un peak es que se tomó una medida y la medida está funcionando y por eso lo vimos, o sino, no lo habríamos visto nunca”. A ello advierte que esto aún no se observa en regiones.
Añade que la bajada en la curva de Santiago, a diferencia de Italia o España, está siendo rápida. Al menos, lo que se ve en la Región Metropolitana. Pero esto no significa que se piense en desconfinar la zona, sino que se debe mantener la cuarentena para que la bajada siga en esa velocidad.
Finalmente Tomás Pérez-Acle señala que se ve una contracción del crecimiento de la pandemia, principalmente en la Región Metropolitana, pero que hay que ser cuidadosos porque el valor oscila y se mantiene muy cerca del umbral.
“Si mal entendemos la situación que tenemos hoy día y nos empezamos a relajar como ocurrió en abril, podría darse la situación que ahora volvamos a crecer. Ahora desde una meseta tan alta, que el supuesto peak que acabamos de pasar se pueda transformar en una mera anécdota desde el punto de vista estadístico frente al valor que nos vamos a encontrar (…) No sabemos qué tan larga puede ser la bajada, pero si desconfinamos hoy la Región Metropolitana, vamos a enfrentarnos a una situación terrible”, concluye Pérez-Acle.
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