Investigación revela que una especie de avispa aprendió a reconocer caras

Una especie de avispa ha desarrollado la habilidad de reconocer caras individuales entre su misma especia, algo que la mayoría de los insectos no puede hacer, demostrando que han evolucionado para trabajar juntas.

Un equipo conducido por investigadores de la Universidad de Cornell, usó los genomas de una población para estudiar la evolución de la capacidad cognitiva de la avispa del papel norteña (Polistes fuscatus). La investigación sugiere que el incremento de la inteligencia de ésta especie resultó en una ventaja evolucionaría y entregó algunas pistas en cómo la capacidad cerebral evoluciona en general.

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“La conclusión que realmente nos sorprende de éste estudio es que la selección que presionó recientemente a éstas avispas no fue producto del clima, la falta de comida o incluso parásitos, sino que llevarse mejor unos con otros“, afirmó Michael Sheehan, profesor de neurobiología y comportamiento, y principal autor del estudio para Phys.

Muchos animales vertebrados logran reconocer caras individuales, al menos bajo ciertas circunstancias, pero entre los insectos el reconocimiento facial es muy raro. Esta investigcion exploró cómo y cuando ésta habilidad evolucionó,analizando los patrones de diferentes variaciones genéticas dentro de las especies.

Las pocas especies de insectos que pueden reconocer caras comparten un rasgo: sociedades comunales con múltiples reinas. En las comunidades con una sola reina, como las colonias de abejas, los roles están claros y cada individuo conoce su lugar. Sin embargo ésta especie de avispa podría contar con 5 o más reinas en un nido y dicho reconocimiento facial ayuda a dichas mandatarias a negociar entre ellas.

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Aunque la investigación se centró principalmente en las avispas, la principal pregunta que Sheehan y sus colegas querían responder era cómo la inteligencia evoluciona en general.

“Nuestros hallazgos indicaron que la evolución cognitiva no es necesariamente progresiva. Hay mutaciones que causan grandes cambios. Esto sugiere que la posibilidad de la adaptación cognitiva rápida podría haber sido importante en otras especies también, cómo el lenguaje en los humanos“, concluyó Sheehan.