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Las arañas tejedoras de orbes son conocidas por su grandes y hermosas redes. Pero ahora, se ha descubierto lo que se esconde tras esa belleza. Dichas construcciones no solo atrapan a la presas del arácnido; sino que también las inmovilizan por completo.
Mario Palma, ecologista bioquímico del Instituto de Biociencias de la Universidad del Estado de São Paulo, Brasil, sospechó que las redes de estas arañas contenían neurotoxinas. Sin embargo, este tipo de molécula venenosas y que afectan el tejido nervioso, no habían logrado ser encontradas hasta ahora.
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Palma, asegura que dentro de su indagación logró observar que los insectos atrapados en estas elaboradas redes de los arácnidos parecían convulsionar y sacar sus lenguas; una clara señal de un envenenamiento. Además, al liberar a las presas, estas luchaban para volver a incorporarse, a pesar de no haber sido mordidas.
Ahora, el experto y su equipo enfocados en detectar estos componentes, lograron comprobar la existencia de las toxinas responsables de la paralización. Junto a sus colegas, analizaron los genes activos y proteínas de las glándulas de seda de las arañas de la banana (TrichoNephila clavipes) – un tipo de arácnido tejedor de orbes -, descubriendo moléculas correspondientes a neurotoxinas.
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Estas partículas podrían transformar sus redes en trampas paralizantes, según reportó el equipo a The Journal of Proteome Research. Palma además concluyó que otras especies de esta familia de arácnidos, cuentan con neurotoxinas similares.
La investigación confirmó que se pueden encontrar diferentes tipos de ácidos grasos en las gotas de la seda. Estos ácidos, afirma Palma a Science News, sería la forma en que las toxinas entran en la presa, derritiéndose en las cutículas cerosas de los insectos.
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