A menos de dos semanas del eclipse total de sol del 2 de julio, dos apasionados de la observación astronómica nos contaron qué les lleva a dar parte importante de sus vidas a esta actividad.
A sus ochos años, recogía lentes de un cine quemado en Iquique para construir su propio telescopio. Claudio Lobos nació en dicha ciudad, pero hace 34 años vive en Quilpué.
Estudió tecnología médica e incluso tuvo un laboratorio. Lobos se emociona cada vez que recuerda cuando pudo ver la luna titán del planeta saturno.
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Claudio forma parte del equipo del Núcleo de Formación Planeteria, centro dedicado a la investigación que estudia cada paso fundamental de la evolución de sistemas susceptibles de formar planetas. Además, otra de las principales metas es diseñar y producir espejos para la fabricación de telescopios.
Roberto Antezana, astrofotógrafo de la Universidad de Chile y colaborador de CATA cuanto sus experiencias cuando era un pequeño niño rebelde en San Ramón, que solía huir hacia los cerros para observar las estrellas.
Recuerda con emoción una ocasión específico cuando, estando en el cerro Aconcagua a más de 7 mil metros de altura, vió la Vía Láctea, suceso que él afirma “lo marcó de por vida”.
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Durante su carrera se ha especializado en la detección de supernovas, habiendo a la fecha descubierto más de 190 de ellas.
En junio de 2019, el astrofotógrafo chileno, obtuvo el tercer lugar en la categoría Astrolandscape del concurso internacional AstroCamara 2019.
El reconocimiento lo obtuvo por su fotografía titulada “Saturno se levanta sobre la cumbre del Cerro Provincia con dos montañeses”.
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