Una adolescente británica tuvo una recuperación asombrosa luego de transformarse en la primera paciente del mundo en recibir un tratamiento en base a virus genéticamente modificados, para tratar una infección resistente a los antibióticos.
Isabelle Holdaway de 17 años, casi murió luego de que un trasplante de pulmón la dejara con una infección intratable.
Luego de una estadía de 9 meses en el Hospital de Great Ormond Street, volvió a su casa en Kent para recibir tratamientos paliativos, pero se recupero luego de que el equipo a cargo de su salud consultara con un laboratorio estadounidense para desarrollar la terapia experimental.
Los científicos detrás de este descubrimiento afirmaron que estos virus, conocidos como bacteriófagos, tienen el potencial de ser usados como un tratamiento para contrarrestar la creciente crisis de la resistencia antibiótica.
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La madre de Isabelle, Jo, quien fue la primera en sugerir la terapia de bacteriófagos a los doctores de Great Ormond Street luego de leer sobre esta en internet, afirmó que su hija era “una de las niñas más afortunadas en la tierra, porque recibió el tratamiento a tiempo”, para the guardian.
“Es ciencia médica increíble. Ha sido un milagro“, agregó.
Isabelle sufre de fibrosis quística, una enfermedad congenita que produce infecciones frecuentes que tapan las funciones pulmonares con mucosa.
En el verano de 2017 sus pulmones funcionaban a un tercio de la capacidad normal, además de haber pasado 8 años con 2 brotes bacterianos que parecían no querer irse.
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Ella y sus doctores decidieron que un doble trasplante pulmonar era la mejor opción, incluso si esto significara que sus infecciones se pudieran esparcir, y eso fue precisamente lo que sucedió.
“Perdió mucho peso. Parecía literalmente un esqueleto”, afirmó Jo. “Las bacterias se esparcían por todo su cuerpo. No había nada que pudieramos hacer para que se sintiera mejor, fue horrible“.
Por suerte los expertos del Hospital de Great Ormond Street estaban en contacto con el profesor Graham Hatfull, científico que pasó más de tres décadas construyendo una colección de bacteriófagos, guardados en 15 mil muestras en la Universidad de Pittsburgh.
Los bacteriófagos trabajan infectando las celulas bacterianas y matándolas, pero son bastante específicos con respecto a las infecciones a las cuales atacan.
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Hatfull y sus colegas identificaron docenas de estos virus en la búsqueda para encontrar los que atacaran a los brotes específicos del paciente.
“La idea es usar a los bacteriófagos como antibióticos, como algo que podría matar a una infección bacteriana“, afirmó Hatfull.
El tratamiento de Isabelle continúa en lo que ha sido una recuperación lenta pero constante. Regresó al colegio, mientras tiene un trabajo de medio tiempo y está aprendiendo a manejar.
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