Sólo 60% de la comida que se cosecha en Estados Unidos termina siendo consumida, cifra que no varía mucho en el resto del planeta.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), al año se desperdician cerca de 1.300 toneladas de alimentos a nivel global, cerca de un tercio de la producción mundial.

De esta inmensa cantidad de comida desechada, una buena parte tiene que ver con todos aquellos alimentos que la gente compra pero que, de una u otra manera, termina en la basura sin ser consumida.

Pero no sólo el humano tiene la culpa. Las plagas desperdician inevitablemente una cantidad determinada. Acá hay algunas razones de las porque desperdiciamos nuestro sustento.

1.- Las viñas se marchitan

Los agricultores tienden a plantar más cosechas de las que piensan vender para así combatir a las plagas devoradoras de hojas, a los climas catastróficos y a la alzas repentinas en la demanda.

Cuando los productores no necesitan el exceso, prefieren dejarlos marchitarse en los campos antes de pagar para cosecharlos. Lo peor es que, dado que una cantidad importante de productores no pesan ese margen adicional, no se conoce con exactitud cuánta comida se pierde.

Sin embargo, según estima Popular Science, esto sería de alrededor de un 7% del total de la cosecha.

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Fuente: El País

2.- Perdida en el camino

Los investigadores saben que montones de comida se pudren en el trayecto desde la granja hacia las tiendas, almacenes o supermercados. Sin embargo, siguen tratando de averiguar específicamente en qué parte del camino se pierde más alimento.

Trozos de carne perdidos en los pisos de las fábricas, además de frutas que se echan a perder mientras esperan en camiones o en líneas de almacenaje son algunas de los productos más desechados.

Datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos sugieren que los agricultores también desechan vegetales perfectamente comestibles, simplemente porque son muy feos para los estándares del mercado.

3.- Olvidado en el estante

Almacenes y supermercados prefieren sobreabastecerse, lo que frecuentemente conduce a alimentos extra. Es por esto que, habitualmente, muchísimos productos se echan a perder en las estanterías.

Alimentos estacionales, como por ejemplo el famoso pan de pascua que no se consume, se envía a los basureros una vez que la navidad termina.

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4.- Excluido de la cocina

Los compradores son proporcionalmente los mayores culpables en el desperdicio de comida. Rutinariamente nos deshacemos de trozos de comida que no se adecuan a nuestros gustos, botando a la basura una parte de lo que se sirve en el plato.

Incluso los compradores conscientes tienden a olvidar diferentes alimentos que han comprado hasta que ya están podridos o con hongos en sus refrigeradores, siendo descartados sin importar que sólo esté “feo” en una pequeña parte. 

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