Ramón López en Congreso Futuro 2024: “El antropomorfismo excesivo distorsionó la percepción pública de la IA”

En el Congreso Futuro 2024, Ramón López, Doctor en Informática por la Universidad Politécnica de Catalunya y pionero en el campo de las Inteligencias Artificiales (IA), arrojó luz sobre las complejidades y limitaciones que enfrenta esta tecnología, desafiando la percepción generalizada de su omnipotencia.

López abordó la cuestión fundamental que ha desconcertado a los científicos durante más de medio siglo: ¿cómo dotar de conocimiento a las máquinas? En esa línea, afirmó que “la inteligencia artificial, a pesar de su aparente magia, ha permanecido estancada en este dilema crucial“.

El experto expresó su escepticismo sobre la afirmación de que el sentido común está emergiendo en los sistemas de IA generativa, argumentando que la “complejidad y opacidad de estos modelos hacen difícil analizar su funcionamiento y comprender cómo han sido entrenados“.

López subrayó la dificultad de inculcar sentido común en las máquinas, descartando “la idea simplista de calcular la probabilidad de la siguiente palabra en una oración como solución. Destacó que la IA no aprende de manera continua o incremental como los humanos, y carece de la capacidad de relacionar lo recién aprendido con conocimientos previos.

Una crítica importante del Dr. López fue dirigida al “antropomorfismo excesivo que distorsiona la percepción pública de la inteligencia artificial”. Insistió en que los sistemas de IA poseen habilidades sin verdadera comprensión, y su falta de interacción con el mundo real limita su capacidad para entender el sentido de los textos que generan.

En cuanto a la búsqueda de una inteligencia artificial general comparable a la humana, López destacó que, incluso en su máxima evolución hipotética, siempre será radicalmente diferente de la inteligencia humana.

Finalmente, el Dr. Ramón López identificó los desafíos críticos que enfrenta la IA actual, incluyendo problemas de privacidad, manipulación, control y vigilancia, así como la autonomía de los sistemas, la confianza en sus capacidades, el sesgo de los algoritmos y la falta de rendición de cuentas en las decisiones de la IA. En esa línea, alertó sobre el excesivo poder concentrado en pocas compañías tecnológicas cuyo objetivo primordial es maximizar su valor en el mercado bursátil.