En el marco de Congreso Futuro 2024, el director del Instituto de Gobernanza Democrática, Daniel Innerarity, compartió sus reflexiones sobre el impacto de la tecnología en la política y la democracia.
Innerarity destacó la preocupación por la delegación en la política y cómo, entre momentos de verificación de opiniones, existe un periodo extenso donde estas pueden debilitarse o incluso traicionarse.
En lugar de abogar por una “política ideologizada controlada por partidos políticos”, Innerarity propuso la implementación de un dispositivo tecnológico que verifique verdaderamente las preferencias ciudadanas, basándose en datos objetivos recopilados a través de la movilidad y las redes sociales. Esta visión busca reemplazar el acto de votar con una “democracia de las recomendaciones“.
Sin embargo, el orador planteó preocupaciones sobre la identificación de preferencias, cuestionando si estas son genuinas o creadas por el sistema capitalista. En esa línea, señaló la limitación de basar la democracia en datos pasados, advirtiendo que esto podría conducir a un “comportamentismo radical” al suponer que el comportamiento pasado se repetirá en el futuro.
Innerarity abogó por la necesidad de un aparato tecnológico que agregue y compatibilice preferencias, reconociendo la complejidad de los intereses en sociedades pluralistas. Asimismo, advirtió sobre la falta de “éxito histórico al abordar problemas políticos con soluciones puramente tecnológicas”, subrayando la importancia de la lógica política en la resolución de conflictos.
En cuanto a la inteligencia artificial (IA), Innerarity no descartó su utilidad en problemas con datos abundantes y escasa ambigüedad, pero enfatizó que la lógica de la IA difiere significativamente de la lógica humana, especialmente en contextos políticos donde la ambigüedad es prevalente. Sostuvo que la democracia no puede ser reemplazada por la IA, ya que estas representan dos formas distintas de pensar y decidir.
En última instancia, Innerarity abogó por una democracia deliberativa que reconozca la importancia de la conversación democrática en la formación de intereses y la necesidad de considerar la sociedad resultante que se aspira a construir.
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