El Doctor en Filosofía de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, Dale Jamieson, llevó a cabo una impactante presentación en el Congreso Futuro 2024, donde abordó con franqueza la complejidad del cambio climático y la necesidad de repensar nuestra relación con la naturaleza.
Jamieson comenzó destacando el preocupante aumento de las emisiones globales de carbono per cápita desde 1900 hasta 2018, señalando que este dato refleja una realidad inquietante: la cantidad de carbono emitido por individuo ha aumentado. Subrayó que, históricamente, “solo en períodos de colapso económico o confusión política se ha logrado reducir estas emisiones, y no mediante intervenciones políticas o acuerdos globales”.
El filósofo puso de manifiesto la paradoja de reducir emisiones cuando el carbono puede persistir en la atmósfera durante décadas o incluso siglos. Comparó este proceso con “girar la llave de una bañera, donde disminuir el flujo no impide que la cantidad total de agua aumente”.
Jamieson no eludió la realidad cruda del cambio climático, recordando que el año 2023 fue el más cálido registrado, planteando la incógnita de si este extremo se reducirá o si nos adentraremos en un período de calentamiento exponencial.
El experto expresó su frustración al señalar que la relación entre emisiones de carbono y cambio climático no es un secreto, y aún así, el ascenso climático persiste. Hizo hincapié en que como sociedad, no estamos evolucionados para abordar este problema, ya que no percibimos el dióxido de carbono como una amenaza tangible, a diferencia de un objeto físico.
En cuanto a la toma de decisiones, Jamieson analizó la conexión entre el extractivismo y los sistemas económicos, explicando que los sistemas políticos a menudo representan a aquellos que tienen el poder de votar, lo que puede generar desafíos en países con correlaciones entre ingresos económicos y participación electoral, como en Chile.
Abordando la idea de los derechos de la naturaleza, el filósofo elogió a Sudamérica, especialmente a Ecuador, por incorporar estos derechos en su constitución. Sin embargo, planteó preguntas cruciales sobre el fundamento y la protección de tales derechos, argumentando que el sistema legal actual puede no ser la herramienta adecuada para abordar la crisis ambiental.
Finalmente, Jamieson reconoció el esfuerzo de Chile al aprobar una ley básica estructural sobre cambio climático, describiéndola como un paso significativo en la dirección correcta.
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