Cuestionar es parte del desarrollo constante de la vida humana, siempre que tenemos dudas buscamos información e intentamos comprender los fenómenos que nos rodean. Eso es ciencia cuando lo hacemos a través de los métodos específicos y de alguna manera lo probamos cada día.
Precisamente, de eso se trató el panel “Ciencia en boca de todos”, realizada este jueves en la cuarta jornada de Congreso Futuro 2021, que contó con la presencia del director del Centro de Crecimiento Verde de la Escuela de Negocios de Noruega, Per Espen Stoknes; la investigadora principal del Laboratorio de Fisiología y Genética de la Audición, Belén Elgoyhen; la investigadora y Profesora titular del Instituto de Astronomía UNAM, Julieta Fierro, y la directora del programa de ciencia de la NASA, Adriana Ocampo.
En primer lugar, Per Espen Stoknes habló sobre cómo los científicos pueden comunicar de mejor manera los riesgos del calentamiento global, con el objetivo de generar un impacto en los seres humanos y motivarlos a ser más conscientes con nuestro entorno.
“La ciencia del clima ahora tiene un consenso muy claro y muy amplio sobre el calentamiento global. Sabemos lo suficiente sobre el sistema climático de la Tierra, pero hay una falta de comprensión sobre cómo responde el cerebro humano a esa ciencia climática”, señaló.
Stoknes destacó que en el último tiempo ha causado revuelo mediático noticias sobre el aumento de las temperaturas, el derretimiento de los hielos, protestas climáticas en todo el mundo, entre ellas las lideradas por Greta Thunberg, entre otros acontecimientos.
“El mayor obstáculo para lidiar con las alteraciones del clima se encuentra en nuestra cabeza y tiene unos 15 cm de diámetro: el cerebro”, señaló.
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“Primero, cuando las noticias sobre el clima le llegan muy directo a las personas, surge la primera línea de defensa, que es la ‘distancia’. Cuando escuchamos hablar sobre el clima, escuchamos sobre algo distante en el espacio“, dijo.
En esta misma línea, dijo que los seres humanos tienen diferentes reacciones cuando reciben este tipo de “noticias aterradoras”. Si en un principio toman este tema con cierta distancia, después aparecen sentimientos como la duda y el remordimiento.
“La quinta barrera es la ‘identidad’. Si, por ejemplo, alguien que tiene valores conservadores escucha a activistas climáticos hablar sobre la necesidad de más impuestos al CO2 o más regulaciones gubernamentales, seguramente confiarán menos en la ciencia climática porque no le gustan estas dos recomendaciones”, agregó.
El impacto del COVID-19
Por otra parte, la investigadora principal del Laboratorio de Fisiología y Genética de la Audición, Belén Elgoyhen, analizó el impacto de la pandemia del COVID-19. “Durante el 2020 y lo que va del 2021, nos sumimos todos en una gran ola que nos revolcó y nos hizo entrar en una incertidumbre nunca antes vista en los últimos 100 años”.
¿Se podría haber prevenido el coronavirus? Elgoyhen afirmó que “era una pandemia esperable”, tomando como referencia un estudio publicado en 2007 en la Clinical Microbiology Reviews, donde ya se advertía de “un síndrome respiratorio agudo y severo producido por coronavirus como un agente emergente y reemergente de infecciones”.
“Nunca antes, que yo recuerde siendo científica, a los científicos se nos había exigido tanto, se nos puso tanta presión y se esperó tanto de nosotros. La ciencia pasó de repente a un primer plano, por encima de la política y la economía”, aseveró.
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Divulgación científica
En tanto, la académica Julieta Fierro habló sobre la importancia de la divulgación de la ciencia para la sociedad, más aún con el reciente anuncio de la Unesco, donde se considera como un derecho humano a la educación durante toda la vida.
“La divulgación de la ciencia es una parte fundamental de la educación informal”, señaló Fierro, quien agregó que “la Unesco quiere que todos aprendamos a aprender. Una vez que aprendamos algo con gusto a mi edad, así como ven, estoy aprendiendo a tocar piano y es un reto extraordinario”.
Finalmente, Adriana Ocampo, habló de su trabajo como directora del programa de ciencia de la NASA y, concretamente, del nuevo proyecto que planea el centro de investigación espacial: la misión Lucy.
Esta nuevo lanzamiento que busca concretarse en octubre de 2021, para “llevar instrumentos que van a recopilar información nunca antes obtenida de una región de nuestro sistema solar”.
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