Un drone es un vehículo aéreo no tripulado, es decir, un tipo de aeronave que puede desplazarse por el aire sin que exista un piloto a bordo. Mientras los drones aéreos pueden viajar largas distancias, TJ-FlyingFish ofrece lo mejor de ambos mundos, ya que es un cuadricóptero volador que también es capaz de sumergirse bajo las profundidades.
A simple vista se parece mucho a cualquier otro drone: posee un cuerpo abovedado y cuatro brazos, cada uno de los cuales tiene una unidad de propulsión con un módulo de motor/hélice al final. Cada unidad de propulsión incorpora una caja de cambios especial de doble velocidad, además el brazo en el que está montado puede girar de forma independiente con respecto al resto del drone.
Cuando el avión está en vuelo, las cuatro unidades miran hacia arriba y giran sus hélices a la mayor de las dos velocidades. Una vez que aterriza en el agua, las unidades giran para mirar hacia abajo y luego giran a la velocidad más lento, tirando del dron debajo de la superficie.
De acuerdo a su creador principal, el profesor de la Universidad de Hong Kong, Ben Chen, el drone es completamente autónomo, por lo que no necesita a un humano en ningún momento de su viaje anfibio.
Entre las posibles aplicaciones de esta tecnología figuran los estudios aéreos y acuáticos, la teledetección y las operaciones de búsqueda y rescate.
El TJ-FlyingFish es en la actualidad un prototipo funcional, por lo que pasará algún tiempo para que salga al mercado. Fue desarrollado por un equipo de científicos del Instituto de Investigación de Sistemas Autónomos Inteligentes de Shanghai, la Universidad de Tongji y el Grupo de Investigación de Sistemas no Tripulados de la Universidad China de Hong Kong.
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