Los arquitectos siguen buscando diseños cada vez más innovadores y vanguardistas. Esta es la propuesta del arquitecto y ecologista de Framlab, Andreas Tjeldflaat, quien ha diseñado edificios flotantes para suspender, tal como un zepelín, sobre las calles de las urbes.
Las maquetas digitales (denominadas como render) del proyecto Oversky, tratan de construir un “paisaje de nubes” que funcione como un nuevo tipo de plaza pública. Para volar emplearían celdas de fibra de carbono llenas de gas de helio, una elección mejor que el gas de hidrógeno, un elemento bastante inflamable.
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Lo novedoso de esta propuesta se encuentra en lo que su creador llama ingeniería nanofotónica, una tecnología que enfriaría los módulos flotantes mediante “una estructura similar a la espuma” con bolsas de aire a nanoescala que irradian calor hacia la atmósfera al tiempo que enfría el espacio debajo del edificio, igual que los árboles de forma natural.
“Los paneles de los módulos ciertamente pueden ser empleados por sí mismos como parte de proyectos de infraestructura y construcción más convencionales”, señaló Andreas a Fast Company.
Las piezas modulares serían un conjunto de habitaciones que se conectarían a estructuras fijas o edificios adyacentes y serían rígidos de manera que estos puedan flotar en el aire.
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