En el marco de la crisis medioambiental originada por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y de contaminación que afecta al país, este martes el Congreso despachó a ley el proyecto que permite el uso de aguas grises o reciclada para el riego agrícola.
La iniciativa, trabajada de manera conjunta por el Comité Interministerial de Transición Hídrica Justa, busca modificar la Ley 21.075 para permitir la recolección, el tratamiento y el uso de aguas provenientes de las tinas, duchas, lavamanos, lavaplatos, máquinas lavavajillas y lavadoras de ropa, para el riego de árboles frutales, cultivos ornamentales, cultivos de flores, cereales, cultivos industriales, praderas o empastadas para bolo o silo, producción de semillas, agua de pulverización, frutas y hortalizas, entre otros.
La sala de la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó por unanimidad (134 votos) las enmiendas introducidas por el Senado en segundo trámite constitucional.
La ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, valoró el despacho de esta iniciativa en el contexto de la extensa sequía que afecta al país desde hace 13 años.
“Como Gobierno estamos avanzando en todas las medidas que sean necesarias para hacer frente a la crisis hídrica. Y, precisamente, el fomentar el reúso de las aguas grises, en especial en la pequeña agricultura, manteniendo las medidas preventivas para que no signifique un riesgo para la salud, es fundamental y habilitará a los distintos organismos de la administración del Estado para potenciar este tipo de proyectos”, dijo la secretaria de Estado.
Rojas también aseguró que así “podremos entregar nuevas fuentes de aguas a quienes las necesitan con urgencia, que son los agricultores de nuestro país, que se han visto fuertemente afectados por la crisis climática y sus efectos en la situación hídrica del país”.
En este contexto, esta iniciativa pone el foco en los pequeños campesinos. Este es uno de los grupos clave para asegurar la seguridad alimentaria del país y uno de los más afectados por la escasez hídrica que ha perjudicado al sector silvoagropecuario por más de 13 años.
Cabe destacar que las aguas grises no podrán ser utilizadas para el riego de frutas y hortalizas que crecen a ras de suelo y que son consumidas por las personas, ni tampoco en el riego de cultivos que consuman animales y que puedan transmitir afecciones a la salud de las personas.
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