El escenario sociopolítico, económico y ambiental nos presiona a avanzar rápidamente hacia transformaciones territoriales sostenibles e innovadoras. La desigualdad territorial, la falta de equilibrio entre urbanización y cuidado ambiental, los cambios socioculturales y la crisis climática son algunos de los desafíos que deben enfrentar no sólo quienes planifican y diseñan los entornos urbanos, sino también quienes los habitan a diario. Asimismo, las ciudades siguen siendo motores de desarrollo de la vida en comunidad, por lo que se requiere cuidarlas, adaptarlas, administrarlas y planificarlas correctamente para hacer frente a las nuevas necesidades. Somos conscientes del sentido de urgencia que requieren nuestros barrios, ciudades y entornos: se necesitan soluciones innovadoras para dar respuesta a desafíos multidimensionales en contextos de crisis.
Cuando hablamos de soluciones innovadoras es común pensar en nuevas tecnologías, ciudades inteligentes, y eficiencia. Es evidente que la revolución tecnológica y el uso intensivo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC´s), han modificado radicalmente las dinámicas sociales, las formas de comunicación, la integración y las actividades productivas. Sin embargo, la innovación urbana no debe ser solo tecnológica, sino también social. Requiere adaptarse y replantear la forma en que se hacen las cosas, comprender mejor los motivos y consecuencias de los procesos, y gestionar las ciudades como proyectos colectivos.
Las soluciones deben ser pertinentes a sus territorios, deben responder a procesos colaborativos y deben ser posibles de implementar. Es precisamente en este ámbito donde los proyectos se ponen a prueba y enfrentan sus mayores desafíos. Más allá del desarrollo tecnológico del producto final, la innovación tiene que ver con procesos que permiten cambiar las relaciones de poder, fortalecer redes de gobernanza y promover entornos más justos en búsqueda del bienestar social. No es posible avanzar hacia entornos más saludables, sostenibles e integrados si no se involucran todos los actores que participan con sus distintos niveles de influencia; si no conocemos las demandas de los territorios; y si no comprendemos que las soluciones deben ser diseñadas con y para sus usuarios. La colaboración en todas sus dimensiones es clave: intersectorial, interdisciplinaria y entre territorios.
Promover la colaboración intersectorial con metodologías innovadoras es, por lo tanto, un claro desafío que debemos asumir desde la academia. Las universidades y centros de investigación permiten no sólo crear espacios para debatir ideas disruptivas, sino también espacio para la exploración, experimentación y evaluación de éstas. En este contexto, herramientas colaborativas como los “juegos serios” se destacan por permitir la colaboración manteniendo un ambiente lúdico y de aprendizaje. Estos juegos, a través de dinámicas participativas y escenarios simulados, permiten a los participantes explorar soluciones reales en un contexto controlado, facilitando la transferencia de conocimientos.
En el Laboratorio Ciudad y Territorio de la Universidad Diego Portales, nos hemos comprometido a contribuir en este ámbito a través del desarrollo del juego NEXUS: Desafíos territoriales. Este juego se centra en identificar desafíos territoriales y proponer soluciones innovadoras para temáticas contemporáneas como la crisis climática, la movilidad y salud, el desarrollo económico equilibrado y los cuidados. NEXUS busca que profesionales públicos y privados, ciudadanos y ciudadanas, y entusiastas de la planificación urbana puedan participar en la búsqueda de soluciones territoriales sostenibles, fomentando un ambiente horizontal y colaborativo.
Este juego se puso a prueba —en su primera versión— en el Foro de Innovación Urbana, que se llevó a cabo el lunes 22 y martes 23 de julio en el contexto de la Semana de la Ciudad SantiaGO, organizada por el Gobierno Regional Metropolitano de Santiago. Este evento, que incluyó charlas de exponentes internacionales y nacionales, dedicó también un espacio a talleres para utilizar el juego NEXUS, lo que permitió generar un espacio de diálogo y colaboración para la búsqueda de soluciones innovadoras que apunten a transformaciones territoriales sostenibles.
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