Vinculan consumo de carne roja con un mayor riesgo de padecer demencia

Un extenso estudio que siguió a más de 100,000 personas durante cuatro décadas ha encontrado que el consumo de carne roja procesada podría ser un factor de riesgo significativo para la demencia. Investigadores estadounidenses presentaron estos hallazgos en la conferencia internacional de la Asociación de Alzheimer en Estados Unidos, señalando que la carne roja procesada ya estaba asociada a un mayor riesgo de cáncer, enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2.

El estudio, compartido por The Guardian, analizó los hábitos alimenticios de 130,000 enfermeras y trabajadores de salud en Estados Unidos, quienes fueron monitoreados durante 43 años. Se les preguntó con qué frecuencia consumían carne roja procesada, como tocino, salchichas y salami, así como su ingesta de nueces, legumbres y tofu.

Durante el período de seguimiento, se identificaron más de 11,000 casos de demencia. Los investigadores encontraron que consumir dos porciones de carne roja procesada cada semana aumentaba el riesgo de deterioro cognitivo en un 14% en comparación con aquellos que comían aproximadamente tres porciones al mes. Sin embargo, reemplazar una porción diaria de carne roja procesada por una porción diaria de nueces, frijoles o tofu podría reducir el riesgo de demencia en un 23%.

El Dr. Yuhan Li, autor principal del estudio y profesor asistente en el hospital Brigham and Women’s en Boston, destacó la importancia de estudiar la relación entre el consumo de diferentes tipos de carne y el riesgo de deterioro cognitivo. “Encontramos que comer carne roja procesada podría ser un factor de riesgo significativo para la demencia“, afirmó Li.

El Dr. Richard Oakley, de la Sociedad de Alzheimer en el Reino Unido, advirtió que aunque el estudio encontró una asociación, no demostró una relación causal directa entre el consumo de carne roja procesada y la demencia. Por su parte, la Dra. Heather Snyder, de la Asociación de Alzheimer, resaltó que promover una dieta saludable con menos alimentos procesados podría asociarse con un menor riesgo de deterioro cognitivo.