Mientras las grandes farmacéuticas se encuentran persiguiendo y analizando el COVID-19 y sus nuevas variantes con el objetivo de ir actualizando sus vacunas y seguir protegiendo a las personas, científicos de Caltech tienen otro plan entre manos.
Se trata de una vacuna experimental que fue diseñada para generar una amplia inmunidad y proteger a las personas de todas las cepas del SARS-CoV-2 circulantes y las variantes que puedan surgir.
Lo interesante de esta inoculación es que está centrada en un género particular del COVID, el betacoronavirus, y no se enfoca en la proteína pico tradicional, sino que en los fragmentos dominios de unión al receptor (RBD).
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Los RDB es el “ancla” que une al virus con el receptor humano, ya que actúa como interfaz entre la proteína espiga y los receptores ACE2 en las células humanas.
Mientras que el betacoronavirus es un tipo de coronavirus clínicamente más relevante para los humanos, ya que incluye SARS, MERS, SARS-CoV-2 y los dos COVID relacionados al resfriado común: OC43 y HKU1.
La investigadora líder del proyecto, Pamela Bjorkman, dijo que “lo que estamos tratando de hacer es crear una vacuna todo en uno que proteja contra los betacoronavirus similares al SARS, independientemente de qué virus animales puedan evolucionar para permitir la infección y propagación en humanos”.
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“La creación de vacunas que podrían brindar una amplia protección contra las variantes emergentes del COVID-19 y las futuras amenazas del coronavirus no solo ayudaría a mitigar los efectos dañinos de otra pandemia similar a la del COVID-19, sino que también podría ayudar a reducir el tiempo y los fondos invertidos en la actualización continua las formulaciones de vacunas”, dijo Richard Hatchett, director ejecutivo de CEPI.
Gracias a una gran inyección de fondos monetarios por parte de The Coalition for Epidemic Preparedness Innovations (CEPI), esta vacuna será prontamente probada en humanos gracias al inicio del ensayo clínico de Fase 1.
El estudio fue publicado en la revista Science.
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