(CNN Español) – Uno de los misterios del nuevo coronavirus sigue siendo lo aleatorio de los síntomas prolongados de la enfermedad. Científicos en todo el mundo buscan saber cuáles son los factores que hacen que una persona sea más propensa a experimentar el COVID persistente. En este episodio, el Dr. Elmer Huerta explora varios estudios.
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Hola, soy el Dr. Elmer Huerta y esta es su dosis de información sobre el nuevo coronavirus. Información que esperamos sea de utilidad para cuidar de su salud y la de su familia.
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En el episodio del 9 de febrero, escuchamos lo que es llamado “long-COVID” o COVID persistente, y como esa condición – al igual que muchas otras en la historia de la Medicina- tuvo que luchar por ser reconocida por los profesionales de la salud.
Hoy veremos que se ha avanzado en los últimos 5 meses en el conocimiento de esta condición.
Las investigaciones que buscan abordar en el COVID persistente
En el episodio de febrero abordamos que el concepto de secuelas de COVID-19 se amplió. De reconocer secuelas en pacientes que salían de los hospitales y unidades de cuidados intensivos después de una enfermedad grave, a las secuelas que empezaron a presentarse en personas que superaron COVID-19 leve a moderado que no necesitaron ser hospitalizadas.
Lamentablemente, debido a que la mayoría de los síntomas del COVID prolongado son subjetivos y, por lo tanto, difíciles o imposibles de probar con exámenes auxiliares, vimos cómo muchos médicos no le dieron la debida importancia a los pacientes que se presentaban a sus oficinas.
El caso británico
Fue necesario que un grupo británico sin mayor formación científica, la organización Body Politic, condujera en mayo del 2020, una encuesta en línea que logró por primera vez recolectar datos de 640 personas afectadas por síntomas persistentes luego de pasar el COVID-19.
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Poco después, el 1 de abril del 2021 la Oficina Nacional de Estadísticas del Reino Unido publicó el estudio más importante sobre el tema, demostrando que más de un millón de ciudadanos británicos estaban sufriendo de síntomas persistentes luego de haber pasado el COVID-19.
El estudio estadounidense
Influenciado por esos estudios, el Dr. Francis Collins, director de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, lanzó en febrero de 2021 la iniciativa nacional para estudiar el COVID persistente con una partida presupuestaria de US$ 1.150 millones.
El desarrollo de ese estudio de 4 años, llamado RECOVER —recuperarse—, que inició a comienzos de este año 2022 y que planea estudiar a 40.000 personas, es lamentablemente muy lento y despierta críticas de grupos de científicos y pacientes por igual.
La principal crítica es que el estudio está más centrado en la recolección de datos y no en el estudio de medidas terapéuticas destinadas al alivio de los síntomas de los pacientes.
También se critica el hecho que el reclutamiento de los 40.000 voluntarios al estudio es muy lento. Teniéndose que desde que se inició el estudio a comienzos de enero del 2022, solo se habían reclutado 1.366 pacientes hasta el 18 de marzo, número que representa solo el 3% del número objetivo. Hasta la primera semana de julio, solo se habían inscrito 5.317 adultos y 269 niños, lo que representa solo el 15% de la población total de casi 40.000.
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Los factores relacionados al COVID prolongado
En otra novedad con respecto al COVID prolongado, un estudio británico llamado REACT-2, publicado en abril de 2022, identificó factores que estuvieron asociados con una mayor probabilidad de desarrollar síntomas persistentes, como por ejemplo:
- Edad
- Obesidad
- Tabaquismo
- Uso de cigarrillos electrónicos
- Hospitalización por COVID-19
- Ser trabajador de la salud
En otro estudio, del Kings College de Londres —el primero revisado por pares que examina la relación entre la variante Ómicron y el riesgo de desarrollar COVID prolongado— encontró que la probabilidad de experimentar esa condición fue de 20 % a 50 % menor durante el período de la pandemia causada por la variante Ómicron comparada con la del período delta.
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La investigación, que estudió a más de 56.000 personas, encontró que el 4,4 % de los casos de Ómicron desarrollaron COVID prolongado, comparado con 10,8 % de los casos de delta. Sin embargo, debido a que Ómicron es tan contagioso, el número absoluto de personas que experimentaron COVID prolongado fue mayor durante la pandemia causada por Ómicron que durante delta.
Al respecto, la Oficina Nacional de Estadísticas del Reino Unido estimó que la cantidad de personas con COVID prolongado en realidad aumentó de 1,3 millones en enero de 2022 a 2 millones a partir del 1 de mayo de 2022.
¿Ayuda la vacuna a “prevenir” los síntomas prologados de la enfermedad?
Por último, una buena noticia. Un estudio italiano publicado en la Revista de la Asociación Estadounidense del 1 de julio, realizado entre trabajadores de la salud con COVID que no necesitó de hospitalización, encontró que aquellos que recibieron 2 o 3 dosis de la vacuna tuvieron una prevalencia más baja de COVID prolongado.
Mas específicamente, el estudio encontró que:
- Los hombres tuvieron un 35% menor probabilidad de desarrollar COVID prolongado
- Aquellos que recibieron dos dosis tuvieron 75% menor probabilidad
- Y aquellos que recibieron tres dosis, tuvieron 84% menor probabilidad de desarrollar la condición
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Al revés, personas de edad avanzada, personas con alergias y enfermedades subyacentes, tuvieron 23, 50 y 32% mayor riesgo, respectivamente.
En resumen, el COVID prolongado es ya una entidad reconocida por la ciencia y se teme que, debido a su alta frecuencia, sea una condición que en los próximos años atiborre los servicios de salud.
Pensamos que la vacunación sigue siendo el arma principal, no solo para disminuir la probabilidad de hospitalización y muerte, sino también, como lo hemos visto, para disminuir la frecuencia de COVID prolongado.
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