La pandemia nos obligó a adoptar rigurosas rutinas de limpieza que contemplan una constante desinfección de los espacios comunes para evitar contagios, sin embargo, esto que alguna vez pensamos que era algo bueno para nuestra salud también tiene su lado negativo.
Esta constante limpieza, conocida también como el síndrome de la casa limpia, con desinfectantes o antibacterianos es el responsable de alejar de nuestras vidas a las bacterias beneficiosas que son esenciales para una salud óptima, tanto en niños como en adultos.
En 2022, el consumo de productos de limpieza aumentó en un 30% debido a la pandemia, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Entre más limpieza, menos bacterias saludables
Para comprender más esto, la ingeniera en biotecnología y cofundadora de Liva Company, Catalina Garrido, entrega detalles: “el síndrome de la casa limpia, se refiere a la falta de exposición a microorganismos beneficiosos para nuestro sistema inmunológico y digestivo”.
La falta de exposición a microorganismos beneficiosos se debe a la constante limpieza y desinfección de nuestros hogares.
Garrido enfatiza que, aunque la limpieza es importante, necesitamos interactuar con microorganismos, tanto beneficiosos como perjudiciales, para mantener nuestra salud. Esto es especialmente importante para los niños, ya que su sistema inmunológico se fortalece a través de la exposición a microorganismos.
La falta de esta exposición ha llevado a un empobrecimiento de la microbiota intestinal de la población, lo que ha resultado en un aumento de las alergias alimentarias, dermatológicas y respiratorias en niños y adolescentes.
Según una encuesta de la Agencia Chilena para la Inocuidad y Calidad Alimentaria (ACHIPIA) en 2022, el 35.5% de los encuestados cree tener algún tipo de alergia a alimentos específicos.
Para restaurar un equilibrio saludable en nuestro cuerpo y sistema inmunológico, es esencial diferenciar entre limpiar y desinfectar. No es necesario desinfectar constantemente todas las áreas de nuestros hogares; el cloro y los desinfectantes deben reservarse para áreas con un alto riesgo de contaminación.
También es crucial aumentar la interacción con la naturaleza. Las actividades al aire libre, como hacer picnic, trekking o bañarse en un río, nos permiten interactuar con microorganismos saludables y fortalecer nuestro sistema inmunológico.
En cuanto a la alimentación, se recomienda consumir frutas y verduras crudas y preferir alimentos orgánicos, ya que estos contienen menos pesticidas que pueden alterar la microbiota intestinal.
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