Una nueva investigación asegura que tener sexo regularmente puede ayudar a las personas con hipertensión a conllevar vidas más saludables y largas. El estudio que indagó en los casos médicos de más de 4.500 personas, encontró un vínculo significativo entre una vida sexual pobre y una mayor tasa de mortalidad en pacientes jóvenes y de mediana edad. 

La alta presión arterial, a la que muchos expertos llaman una “asesina silenciosa“, no presenta síntomas. Sin embargo, la condición aumenta la posibilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, además de dañar los riñones e incluso el cerebro. 

Y a pesar de que múltiples expertos han propuesto diferentes métodos para combatir las consecuencias de la peligrosa enfermedad, como ejercicios de respiración o cambios de dieta, este nuevo estudio asegura que el sexo también debería ser considerado como una de las posibles soluciones. 

Sexo en contra de la hipertensión

Según reportó IFLScience, la investigación fue realizada por científicos chinos para corroborar si había algún vínculo entre la actividad sexual y la hipertensión. Para comprobarlo, los investigadores analizaron los datos de la National Health and Nutrition Examination Survey, realizada en Estados Unidos entre 2005 y 2014 a más de 4.500 pacientes con hipertensión. 

Los resultados mostraron que los encuestados que tenían sexo entre 12 y 51 veces al año (cerca de dos veces al mes o una vez por semana), corrían mucho menos riesgo de morir que aquellos que no practicaban actos sexuales tan seguido. La estadística demostró ser cierta incluso cuando se tenía en consideración otros factores, como condiciones preexistentes y la edad de los pacientes.

“Una mayor frecuencia en las actividades sexuales podría tener efectos protectores en la salud general y la calidad de vida de los pacientes hipertensos, lo que se transforma en un dato de suma importancia para los jóvenes y las personas de mediana edad con la condición”, afirmó al respecto Jiahua Liang, autor del estudio que fue publicado en PsyPost.

Aun así, los expertos aseguraron que es necesario ampliar esta investigación, para dilucidar si los adultos mayores con hipertensión también se podrían ver beneficiados por un aumento en la frecuencia con la que realizan actividades sexuales.

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