La epigenética -por encima del genoma, en griego- es “el estudio de todos los eventos que llevan al desenvolvimiento del programa genético del desarrollo“. En términos simples, el National Human Genome Research Institute lo define como un campo de la ciencia que investiga “los cambios hereditarios causados por la activación y desactivación de los genes sin ningún cambio en la secuencia de ADN subyacente del organismo”.
Se centra en estudiar la expresión de los genes y cómo determinados cambios podrían pasar a la siguiente generación. Desde hace años, investigadores estudian sobre la posibilidad de que ciertos eventos experimentados por familiares aparezcan en generaciones posteriores.
En relación a eso, una investigación de un grupo de científicos de la Universidad de Zúrich determinó que el estrés es capaz de modificar en gran medida la concentración de micro-ARN (un ARN monocatenario que tiene la capacidad de regular la expresión de otros genes) en el esperma de los ratones, al mismo tiempo que su comportamiento también se ve afectado, según señala Muy Interesante.
Los expertos determinaron que “no eran los únicos animales en presentar conductas llamativas, ya que estas también aparecían en sus descendientes” a pesar de que no habían estado sometidos a una situación de estrés. “La progenie mostraba comportamientos depresivos que persistieron incluso en la tercera generación, además de una serie de fallos en el metabolismo del azúcar”, se lee en el texto.
La primera y la segunda generación también tenían niveles anormales de los cinco microRNAs estudiados tanto en la sangre como en el hipocampo, un área de la corteza cerebral relacionada a la generación y la recuperación de recuerdos
Cabe señalar que aún es un tema en estudio y la única forma científicamente comprobada de transmitir información biológica entre las generaciones es a través de los genes que están contenidos dentro del ADN.
Deja tu comentario