Desde que somos pequeños, un alimento constante en nuestra dieta es la leche y, para seguridad de los padres, esta era enviada siempre como parte de la colación en el jardín y colegio. Incluso, algunos continúan tomándola en formato pequeño para llevar.
Si bien existen muchos sabores, la forma de transportarla es lo más importante al momento de comprarla, pero esto significa un cambio en su sabor e investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte se propusieron analizar qué envase es mejor.
Para cuantificar el impacto del sabor, el equipo examinó leche pasteurizada entera y descremada almacenada en seis recipientes de 237 ml en total, a una temperatura de 4 °C:
- Cajas de cartón.
- Tres jarras de plásticos (producidas por diferentes plásticos).
- Bolsa de plástico.
- Vidrio (como prueba de control).
Las muestras se analizaron el primer día, y los 5, 10 y 15 días después, según detalla el artículo publicado en Journal of Dairy Science.
¿Leche en caja o botella de plástico?
Un equipo de catadores fue el responsable de saborear -a ciegas- las muestras de cada leche, dar un puntaje y decir qué notaban de diferente en cada una de ellas.
Tenemos claro que el envase ideal para la leche, y cualquier otro bebestible, es el vidrio, pero los más pequeños de la casa no pueden andar con botellas de vidrios, ya que representa un riesgo en algún accidente.
Entonces, ¿cartón o plástico? Los resultados fueron concisos, mostrando que los recipientes de plásticos son los mejores al mantener conservada la leche, no alterando en tanto su sabor.
En relación con los envases de cartón, mostraron distintos sabores desagradables, así como la presencia de compuestos de cartón.
“Estos hallazgos sugieren que la industria y los formuladores de políticas deberían considerar la búsqueda de nuevas alternativas de envases para la leche que se sirve durante las comidas escolares”, dijo MaryAnne Drake, coautora del estudio.
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