(CNN) – Ante un coronavirus que parece volverse más infeccioso con cada nueva variante y la disminución de la inmunidad con el paso de los meses, el gobierno de Biden pronosticó que hasta 100 millones de personas más podrían contagiarse de COVID-19 en el otoño e invierno. Ese cálculo hace que sea crucial que la mayor cantidad posible de personas cuenten con su dosis de refuerzo contra el COVID-19, advierten los expertos. Y si eres elegible, es un buen momento para obtener el segundo refuerzo.
Menos de la mitad de los estadounidenses elegibles –apenas un tercio de toda población del país– recibieron el primer refuerzo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés). Y solo unos 10 millones de personas se han aplicado la segunda dosis adicional, que se autorizó para quienes tienen 50 años o más, así como para los mayores de 12 años que estén inmunosuprimidos de moderada a gravemente.
Los CDC alientan a las personas a estar “al día” con las vacunas contra el COVID-19, lo que incluye recibir refuerzos en el momento adecuado. Sin embargo, la agencia sigue definiendo que alguien está “totalmente vacunado” cuando ha recibido al menos el esquema inicial de dos dosis.
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Ahora bien, esta semana, un alto funcionario del gobierno de Biden envió un mensaje más directo: todos los adultos necesitan una tercera vacuna.
La vacunación es la mejor manera de protegerse contra el COVID-19, y la defensa resulta más eficaz con al menos tres vacunas, insistió el funcionario.
Lograr que más estadounidenses reciban su dosis de refuerzo contra el COVID-19 podría hacer una gran diferencia con respecto al número de casos, según el Dr. Peter Marks, director del Centro de Evaluación e Investigación Biológica de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés). Marks le dijo a la Asociación Médica Estadounidense este lunes que se encuentra “un poco preocupado” por el rumbo de la pandemia de COVID-19.
“Es muy importante que intentemos que la mitad, o un poco más de la mitad, de los estadounidenses que solo han recibido dos dosis obtengan esa tercera dosis”, dijo Marks. “Eso puede marcar la diferencia de cara al futuro, y en especial puede hacer la diferencia ahora que estamos entrando en otra oleada de COVID-19”, continuó.
Ahora bien, el aumento actual de casos de COVID-19 no está para nada cerca de lo que registró EE.UU. con la oleada inicial de la variante Ómicron. Pero, el país tenía un promedio de 71.577 contagios nuevos al día para este lunes, según la Universidad Johns Hopkins.
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Las tasas de casos son más elevadas en la región del noreste de EE.UU., donde hay una mayor aceptación a los refuerzos de la vacuna contra el COVID-19. Casi la mitad de la población de Vermont está totalmente vacunada y ha recibido su dosis de refuerzo, junto con más del 40% de la población de Maine, Rhode Island, Connecticut y Massachusetts, según datos de los CDC.
Pero los casos también han empezado a incrementarse en el sur, donde menos de una cuarta parte de la población está totalmente vacunada y con la dosis de refuerzo. En Carolina del Norte, Alabama y Mississippi, menos de 1 entre cada 5 personas ha recibido una dosis de refuerzo.
Quién puede recibir una vacuna de refuerzo (y quién no)
Todas las personas mayores de 12 años en EE.UU. pueden recibir una dosis de refuerzo. Pero, únicamente la vacuna de Pfizer/BioNTech contra el COVID-19 está disponible como refuerzo para los adolescentes de 12 a 17 años.
Los adultos que inicialmente recibieron una vacuna de tipo ARNm pueden obtener su dosis de refuerzo cinco meses después de completar el esquema inicial. Las personas que se vacunaron con Johnson & Johnson pueden recibir una dosis de refuerzo dos meses después de la primera inyección.
Los datos de los CDC muestran que la dosis de refuerzo tiene una aceptación más alta en los grupos de mayor edad en EE.UU., en consonancia con las tendencias de vacunación más amplias. Sin embargo, casi 2 de cada 5 personas mayores de 65 años, y más de 3 de cada 5 adultos en general, no tienen ninguna dosis de refuerzo.
Las investigaciones han demostrado que las personas que reciben tres dosis de una vacuna contra el COVID-19 de tipo ARNm registran una tasa relativamente baja de acudir a urgencias y necesitar hospitalizaciones relacionadas con el COVID-19. Esto en comparación con quienes solo recibieron dos dosis, de acuerdo a los estudios. Incluso con la variante Ómicron, más infecciosa, un refuerzo parece proteger contra la enfermedad más grave.
Los científicos siguen tratando de determinar si las personas más jóvenes se beneficiarían de una dosis adicional de la vacuna. Pfizer y BioNTech solicitaron una autorización de uso de emergencia para menores de 5 a 11 años.
“Esperamos que esto se resuelva en un futuro no muy lejano”, dijo Marks.
Nuevas investigaciones sobre las cuartas dosis
Una cuarta dosis de las vacunas de Moderna o de Pfizer/BioNTech ––que tiene la autorización para personas de 50 años o más en Estados Unidos–– parece segura y proporciona un refuerzo “sustancial” de inmunidad a niveles similares o incluso mejores que una tercera dosis, según un estudio publicado este lunes.
Los investigadores administraron a los participantes en el estudio, cuya edad media era de 70,1 años, la mitad de una dosis de la vacuna de Moderna o una dosis completa de la vacuna de Pfizer en una selección aleatoria realizada en enero, unos siete meses después de haber recibido el primer refuerzo. El segundo refuerzo no pareció tener efectos secundarios importantes. Las mayores quejas fueron dolor de brazo y fatiga.
El refuerzo también generó una respuesta inmune el día 14 que fue mayor a la registrada en el día 28 después de la tercera dosis de las vacunas de Pfizer o Moderna contra el COVID-19.
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Cuando los investigadores compararon las vacunas de ARNm, la cuarta dosis de Moderna pareció ser ligeramente mejor que la de Pfizer, pero no está claro el motivo. Ambas generaron lo que los científicos consideraron un “cambio significativo” en los anticuerpos protectores. La respuesta de las células T también incrementó tras la cuarta dosis.
Los anticuerpos son una primera línea de la protección inmunológica que puede impedir que un virus infecte las células. Las células T intervienen después y destruyen las células infectadas. Las células T no pueden proteger contra las infecciones leves, pero sí pueden evitar que estas progresen hasta convertirse en una enfermedad grave.
“Una cuarta dosis de las vacunas de refuerzo contra el COVID-19, de tipo ARNm, se tolera bien y potencia la inmunidad celular y humoral”, dice el estudio. “Las respuestas máximas tras la cuarta dosis fueron similares, y posiblemente mejores, que las respuestas máximas tras la tercera dosis“.
El estudio también demostró que algunas personas que tenían niveles más altos de anticuerpos antes de la cuarta dosis de la vacuna solo registraron un refuerzo “limitado”. Las personas con antecedentes de infección por COVID-19 tuvieron una respuesta limitada similar. Los autores dicen que esto sugiere que puede existir un techo o una respuesta máxima que puede darse con una cuarta dosis de la vacuna.
El estudio no analizó específicamente la neutralización de la variante ómicron.
Dos estudios anteriores que se realizaron en Israel, mostraron que las tasas de hospitalización y muerte por COVID-19 podían reducirse con una cuarta dosis de la vacuna administrada al menos cuatro meses después de la tercera. La reducción de las hospitalizaciones y las muertes persistió en el tiempo con esta cuarta dosis.
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Nueva generación de vacunas y refuerzos
Marks espera que la próxima generación de vacunas contra el COVID-19 –que, según predice, llegará en uno o dos años– resulte aún mejor a la hora de proteger a las personas contra toda la “gama” de variantes del coronavirus y proporcione una respuesta inmunológica más robusta.
El comité asesor sobre vacunas de la FDA se reunirá a finales de junio para revisar los datos sobre las vacunas, incluidas las monovalentes (que se dirigirían a una sola variante) y las bivalentes (que podrían dirigirse a la cepa original del virus más otra).
“Es un poco difícil porque no sabemos cuánto más evolucionará el virus en los próximos meses”, dijo Marks. “Pero no tenemos otra opción, porque si queremos producir los cientos de millones de dosis que deben estar disponibles para una campaña de refuerzo, tenemos que empezar a principios de julio o incluso antes para conseguir ese tipo de cifras”.
El comité de la FDA también podría debatir si se debe recomendar un refuerzo adicional en otoño para la población general o para grupos específicos, dijo Marks.
Médicos dicen que han escuchado a algunos pacientes que quieren esperar por su dosis de refuerzo para conseguir una mejor protección de cara el invierno. Marks dijo que esperar para obtener un refuerzo es una mala idea, especialmente si esas personas no han tenido COVID-19 recientemente.
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“¿Por qué? Porque van a pasar cuatro, cinco o seis meses antes de que llegue el siguiente refuerzo”, dijo. “Estás hablando de tener varios meses ahí en riesgo”.
Incluso con la previsión de una oleada de otoño e invierno, los casos están aumentando ahora, y los que solo han recibido dos vacunas de ARNm son vulnerables.
“En lugar de ser casuales al respecto”, dijo Marks, “los invitaría a que trataran de recibir esa tercera dosis para aumentar la inmunidad, porque tenemos mucho COVID-19 circulando“.
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