Mientras la sociedad se sumerge en las festividades de fin de año, un porcentaje significativo de la población enfrenta no solo la presión social de la alegría festiva, sino también cuadros de ansiedad y estrés emocional que pueden agudizar condiciones de salud mental preexistentes.

La psicóloga Ana Paula Vieira, experta en gerontología y directora de Fundación Míranos, destaca la importancia de reconocer y abordar este fenómeno, especialmente en personas mayores.

Festividades de fin de año y su impacto en adultos mayores

La experta señala que la presión social para estar bien durante las celebraciones puede generar un impacto considerable en aquellos que no cuentan con los recursos para acceder a una celebración ideal.

En casos más severos, incluso se ha observado la posibilidad de ideación suicida como una consecuencia de esta presión social.

El grupo etario de personas mayores, en particular aquellos sobre los 60 años, enfrenta desafíos específicos durante el fin de año cobran mayor relevancia en esta etapa de la vida:

  • La soledad no deseada.
  • Recuerdos del pasado.
  • Distancias significativas (como en el caso de los migrantes).
  • Luto por pérdidas acumuladas.

A qué debo estar atento

Vieira destaca algunas señales de malestar emocional a las que es crucial prestar atención. Expresiones como:

  • Querer morir.
  • Sentirse una carga.
  • Manifestar desesperanza no deben ser pasadas por alto, especialmente cuando la persona carece de una red social sólida o sufre de trastornos de ánimo.

Cambios significativos en el ánimo y comportamiento también deben ser monitoreados.

La irritabilidad, rabia, ansiedad, angustia, junto con la pérdida de interés en actividades placenteras y el aumento del consumo de alcohol o sustancias, son signos de malestar emocional.

¿Cómo podemos ayudar?

Para abordar esta situación, Vieira destaca la importancia de la información y la empatía.

  • Reconocer signos de malestar emocional y escuchar atentamente son pasos cruciales.
  • Brindar mensajes no verbales de aceptación y respeto, como una mano extendida o una mirada comprensiva, puede marcar la diferencia.
  • Preguntas abiertas que faciliten la expresión, como “cuéntame qué te pasa”, pueden proporcionar un espacio seguro para aquellos que atraviesan momentos difíciles.

En última instancia, la directora de Míranos enfatiza que la comunidad desempeña un papel fundamental en apoyar a quienes experimentan malestar emocional. La disposición, cercanía y preocupación pueden hacer la diferencia, incluso salvando vidas.

En un momento en que la sociedad está inmersa en las celebraciones, es esencial recordar la importancia de la empatía y la atención a la salud mental de todos.

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