(CNN) – Israel detectó la semana pasada su primer caso conocido de “flurona”, la infección simultánea por COVID-19 y gripe, según confirmó este martes el Ministerio de Sanidad del país a CNN, lo que plantea interrogantes sobre el impacto que podrían tener los dos virus en alguien que los contraiga al mismo tiempo.
La paciente, una mujer embarazada de unos 30 años no vacunada, fue dada de alta el jueves “en buen estado general”, dijo en un comunicado el hospital Beilinson de Petah Tikva.
“Es la primera madre a la que se le diagnostica gripe y coronavirus en Beilinson. La tratamos con una combinación de fármacos que se dirige tanto al COVID como a la gripe”, dijo en el comunicado Arnon Wiznitzer, director del Departamento de la Mujer de Beilinson.
“Registramos cada vez más morbilidad de la gripe entre la población materna, junto con casos de coronavirus que se dan principalmente en mujeres no vacunadas contra el COVID y la gripe”, añadió Wiznitzer. “Definitivamente es un momento difícil en el que además de las enfermedades por COVID-19 nos enfrentamos cada vez más a la gripe”.
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Lo que podrían hacer el COVID-19 y la gripe juntos
“Flurona” es un término acuñado para describir la condición de estar infectado con simultáneamente por COVID-19 y gripe.
Nadav Davidovitch, director de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Ben-Gurion de Israel, declaró este martes a CNN que, dado que “ahora hay una actividad muy alta de gripe y una actividad muy alta de COVID, existe la posibilidad de que alguien se infecte con ambos”.
“No creo que vaya a ser una situación común, pero es algo que hay que tener en cuenta“, añadió Davidovitch, que es miembro del Comité Consultivo Nacional de Israel sobre el COVID-19.
Los confinamientos y el uso de mascarillas ayudaron a limitar la propagación de la gripe en los primeros momentos de la pandemia, pero a medida que la sociedad se abre, se espera que los casos aumenten.
“Es interesante que después de tener un año con una actividad gripal muy, muy baja o nula, el año siguiente, al estar la gente menos expuesta, la hace más vulnerable”, dijo Davidovitch.
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Davidovitch añadió que en el caso de las personas sin problemas de salud subyacentes que han sido vacunadas contra la gripe y el COVID-19 es poco probable que estos virus tengan un “efecto importante en el individuo”.
La amenaza para los grupos de mayor riesgo
La gripe y el COVID-19 son enfermedades respiratorias, y pueden causar síntomas similares como tos, secreción nasal, dolor de garganta, fiebre, dolor de cabeza y fatiga, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ambas se propagan a través de gotículas y aerosoles cuando una persona infectada respira, habla, tose o estornuda.
Estar infectado por COVID-19 y la gripe al mismo tiempo podría ser “catastrófico para tu sistema inmunológico”, dijo en septiembre a CNN el Dr. Adrian Burrowes, médico de familia y profesor adjunto de Medicina Familiar en la Universidad de Florida Central.
“Creo que se va a producir una coinfección con la gripe y el coronavirus. Y creo que se registrará una mayor tasa de mortalidad como resultado de ello“, dijo Burrowes en ese momento.
Davidovitch dijo que no había suficientes datos para sugerir si las tasas de hospitalización son más altas para los infectados con la gripe y el COVID-19, en comparación con alguien que tenga solo uno de los virus.
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Un sistema sobrecargado
A medida que los gobiernos de todo el mundo lidian con los brotes de la variante ómicron, Davidovitch se muestra preocupado por la carga potencial que la gripe y el coronavirus podrían suponer para los sistemas de atención sanitaria, especialmente durante los meses de invierno.
“Durante el invierno, porque… hace frío y la gente está encerrada en casa, hay un mayor riesgo de enfermar por las infecciones respiratorias superiores en general. Y cuando se tiene una alta tasa de infecciones, tanto de la gripe como del COVID, todo esto puede generar una sobrecarga del sistema”, dijo Davidovitch.
Para frenar la propagación de la gripe y el coronavirus, y evitar la sobrecarga de los sistemas sanitarios mundiales, hizo hincapié en la “necesidad de proteger a las personas”.
“Nos enfrentamos ahora al invierno, nos enfrentamos a salas de internación desbordadas, y la prevención es probablemente la mejor idea. Y el año pasado tuvimos la suerte de no sufrir ambas cosas [COVID-19 y gripe]”, dijo Davidovitch.
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Afirmó que para ayudar a proteger los sistemas sanitarios, es necesario que más personas se vacunen, así como que se cumplan otras medidas para ayudar a proteger a las personas de alto riesgo, los ancianos y los que padecen enfermedades crónicas.
Según la OMS, las personas pueden adoptar medidas de protección eficaces contra el COVID-19 y la gripe, como el distanciamiento, la limpieza periódica de las manos, el aislamiento y la apertura de ventanas y puertas para garantizar la ventilación.
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