A lo largo de la pandemia se han anunciado novedosos tratamientos para reducir la gravedad del COVID-19 y disminuir a su vez la cantidad de pacientes fallecidos por esta enfermedad. Actualmente, un grupo de científicos está probando un popular antidepresivo para lograr este fin.
El nuevo, o quizás ya conocido, aliado se encuentra en sus fases de ensayos clínicos. Investigadores de la Universidad de Washington de St. Louis, en EE.UU. están reclutando a más de mil personas en etapas iniciales de la enfermedad para probar el fármaco fluvoxamina, más conocido como Luvox.
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A pesar de las dudas respecto a su efectividad, un pequeño estudio realizado a fines del 2020 sugirió que podría tener cierto éxito. Además, es conocido que los antidepresivos modernos tienen propiedades inflamatorias y la inflamación es la culpable de diferentes complicaciones relacionadas al COVID-19.
Durante la pandemia, el tiempo ha demostrado ser un factor importante a la hora de evitar muertes. Para obtener resultados rápidos, los investigadores están llevando a cabo el estudio de una manera poco ortodoxa y enviando el medicamento a las casas de pacientes de todo Estados Unidos.
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Una vez recibidos por los enfermos, serán ellos mismo quienes controlarán su salud e informarán a los expertos, en lugar de que los pacientes vayan a los investigadores. Los resultados de estos ensayos podrían obtenerse el próximo mes de febrero.
En el estudio publicado en la revista científica Journal of the American Medical Association durante el 2020, específicamente en noviembre, de 80 pacientes que tomaron Luvox, ninguno desarrolló niveles bajos de oxígeno, versus los 72 que ingirieron un placebo, de los cuales seis presentaron niveles bajos.
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