La anosmia, mejor conocida como pérdida total del olfato, es un síntoma común de quienes han padecido el COVID-19, pero no se sabe de manera precisa por qué ocurre. Un reciente estudio del Departamento de Patología de la Universidad Johns Hopkins advierte que este síntoma podría estar relacionado a un daño cerebral.
Los científicos pudieron relacionar la pérdida de olfato y los daños a las células nerviosas encargadas de esta función a nivel cerebral.
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¿Cómo determinaron este hallazgo?
A los pacientes analizados, hombres y mujeres fallecidos por el virus, “se recolectó tejido del tracto y bulbo olfatorio” y se determinó que la disfunción olfativa por coronavirus puede ser permanente. También se estudio a individuos que no tuvieron cambios en el olfato durante esta enfermedad y pacientes que no tuvieron COVID.
“Este estudio encontró que la infección por COVID-19 está asociada con lesiones de axón y microvasculopatía en el tejido olfativo. La sorprendente patología axonal en algunos casos indica que la disfunción olfativa en la infección por COVID-19 puede ser grave y permanente“, se lee en la investigación.
El axón es una prolongación que se deriva del soma o cuerpo neuronal y que tiene como meta lograr la sinapsis neuronal y los pacientes con COVID-19 analizados tenían dañados algunos vasos sanguíneos y estas células nerviosas que comunican esta parte que procesa el sentido del olfato.
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A pesar de que la investigación da luces de cómo se produce esta disfunción, está lejos de determinar el mecanismo de acción que tiene el virus para interrumpir de manera temporal o permanente el olfato.
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