Científicos descubren que “pasar de largo” estimula al cerebro de forma similar a los antidepresivos

Una investigación publicada en la revista científica Neuron, descubrió algunos de los beneficios que podría traer “pasar de largo” por una noche, tratando de descubrir porque algunas personas se sienten “eufóricas” o “ebrias” luego de no haber dormido las 8 horas mínimas requeridas.

Los científicos a cargo de la investigación trataron de descubrir las dinámicas detrás de los cambios de humor provocados por el sueño a través de modelos animales (específicamente en ratas de laboratorio). Todo, para entender como algunos antidepresivos como la ketamina logra provocar cambios tan rápidos en las personas.

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Mingzhengu Wu, académico de la Universidad Northwestern y principal autor de la investigación, aseguró en un comunicado oficial que “los cambios en de humor intensos luego de horas de privación de sueño ocurren incluso en pacientes sanos. Sin embargo, los mecanismos del cerebro que provocan estos cambios todavía no se entienden“.

Para entender estos patrones de comportamiento, el equipo de Wu experimento en ratones de laboratorio saludables, privándolos de sueño, pero a la vez reduciendo los factores de estrés que afectaban a los animales. Sin embargo, tras solo una noche de privación de sueño, los ratones mostraron comportamientos mucho más agresivos y sexuales. Cuando analizaron las hormonas de los animales, descubrieron que estaban “llenos” de dopamina. 

Tras un estudio más detallado del cerebro de los roedores, descubrieron que los efectos de la dopamina liberada alteraba el comportamiento siempre que llegara la corteza prefrontal. “Esto significa que esta parte del cerebro es un área clínicamente relevante para investigar objetivos terapéuticos. Y a la vez, confirma que las neuronas receptoras de dopamima son responsables de diferentes funciones cerebrales y no sólo del placer“, explicó Yevgenia Kozorovitskiy, otro de los autores del texto.

El descubrimiento podría ayudar a desarrollar nuevos tratamientos focalizados en la corteza prefrontal del cerebro, abriendo puertas incluso para experimentar con psicodélicos en contra de la depresión.