(CNN) – Si sospechas que alguien está sufriendo un paro cardíaco, hay ciertas acciones sencillas que puedes realizar de inmediato y que podrían implicar la diferencia entre la vida y la muerte.

Entre el 70% y el 90% de las personas que sufren un paro cardíaco en EE.UU. mueren antes de llegar al hospital porque quienes las rodean no siempre saben cómo ayudarlas.

¿Qué sucede en un paro cardíaco?

Un paro cardíaco se produce cuando el corazón de una persona deja de latir bruscamente.

“El ritmo más frecuente es la fibrilación ventricular, que es básicamente como si el corazón fuera una bolsa de gusanos. Late caóticamente y ya no es capaz de bombear con eficacia“, explica la Dra. Christine Albert, directora del Departamento de Cardiología del Smidt Heart Institute de Los Ángeles.

“La persona se desploma porque el cerebro deja de funcionar, y hay un par de minutos en los que hay que intentar que ese ritmo vuelva a ser normal”.

Las señales de alarma pueden ser falta de aliento, palpitaciones, debilidad y molestias en el pecho. Pero lo más frecuente es que el paro cardíaco se produzca sin previo aviso.

Una persona que sufre un paro cardíaco no tiene pulso y no responde a los sonidos ni al tacto. Dejará de respirar o emitirá sonidos similares a jadeos, que no son respiración propiamente dicha, sino un reflejo que se produce cuando el cerebro no recibe suficiente oxígeno.

Causas de un paro cardíaco

El paro cardíaco puede estar causada por ritmos cardíacos irregulares denominados arritmias. La insuficiencia cardíaca puede provocarla, al igual que el engrosamiento del músculo cardíaco denominado miocardiopatía.

El paro cardíaco puede seguir a un infarto, que es cuando una obstrucción impide que el corazón reciba suficiente sangre. El músculo empieza a morir, pero a diferencia del paro cardíaco, sigue bombeando.

También puede producirse por electrocución, ahogamiento, asfixia, dificultad respiratoria o traumatismo. Un golpe fuerte en el pecho, como en el caso de un jugador de béisbol, puede hacer que el corazón pierda el ritmo.

Qué hacer en primer lugar: llamar al 911, utilizar un desfibrilador

Si ves a alguien con síntomas de paro cardíaco, llama al 911 inmediatamente. Querrás conseguir ayuda profesional lo antes posible. Cuando el corazón no puede bombear sangre al cerebro y los pulmones, la persona puede sufrir daños cerebrales o morir en cuestión de minutos.

Si hay alguien más cerca, divide las tareas. Una persona debe llamar al 911 mientras la otra busca un desfibrilador externo automático, o DEA.

Los desfibriladores suelen estar disponibles en lugares públicos como los aeropuertos. Crédito: Andrulik/Adobe Stock

Estos dispositivos ligeros pueden devolver el ritmo normal al corazón de una persona. Suelen encontrarse en lugares públicos como aeropuertos, oficinas y colegios. Un DEA puede parecer intimidante, pero está diseñado para que lo utilice cualquier persona, incluso transeúntes sin formación.

Al pulsar el botón de encendido, el dispositivo te dará instrucciones de voz paso a paso sobre dónde colocar las almohadillas de electrodos en el pecho de la persona.

Una vez colocadas las almohadillas, el aparato mide el ritmo cardíaco de la persona. No aplicará una descarga si la persona no la necesita. Pero si la necesita, el DEA te dirá que te apartes y pulses un botón para administrar la descarga.

Inicia la reanimación cardiopulmonar

Después de utilizar el DEA —o de inmediato, si no tienes acceso a uno—, inicia las compresiones torácicas o RCP.

Pon las manos en el centro del pecho de la persona y presiona con fuerza a un ritmo de 100 a 120 pulsaciones por minuto. Puede ser útil tararear una canción con este ritmo, como “Stayin’ Alive” de los Bee Gees; “Can’t Stop the Feeling” de Justin Timberlake; o “Just Dance” de Lady Gaga.

“Estás actuando literalmente como un corazón externo”, dijo la Dra. Comilla Sasson, médica de urgencias en ejercicio y vicepresidenta de ciencia e innovación para la atención cardiovascular de urgencias de la Asociación Estadounidense del Corazón.

Puede resultar agotador, así que, si hay alguien cerca, pídele que te sustituya cuando necesites un descanso. Si no saben RCP, pídeles que te observen primero. “Eso es lo que hacemos en urgencias”, explica Sasson.

Si bloqueas los codos, tendrás más fuerza para empujar. En el caso de un adulto, lo normal es utilizar las dos manos para las compresiones torácicas. Pero si estás ayudando a un bebé, usa una mano.

Puede ser útil tararear una melodía para mantener el ritmo adecuado durante las compresiones torácicas. Crédito: athima tongloom/Moment RF/Getty Images

“Algunas personas me preguntan: ‘¿Y si hago compresiones torácicas y les rompo una costilla y les hago daño?’ Yo les digo que esa persona está literalmente muerta y que, si tiene la suerte de despertarse porque le diste compresiones torácicas, se alegrará de que le hayas ayudado a salvar su vida. Hay un pequeño número de personas a las que se les rompe una costilla“, explica Sasson.

Cómo formarse

Muchas organizaciones ofrecen formación en RCP y DEA.

La Asociación Estadounidense del Corazón y la Cruz Roja ofrecen cursos presenciales y en línea, al igual que muchas organizaciones locales.

Planifica

Sasson afirma que es importante que los padres de los deportistas jóvenes mantengan una conversación con el entrenador del menor para asegurarse de que disponen de un plan de respuesta cardíaca que incluya RCP y un DEA.

Si alguien tiene un incidente en el colegio, en el campo o durante una actividad extraescolar, todos sabrán qué hacer.

Las familias también deben asegurarse de tener un plan en casa por si acaso.

¿Quién va a llamar al 911? ¿Quién va a iniciar las compresiones torácicas? ¿Quién va a abrir la puerta cuando llegue la ambulancia? Hablar de ello ayuda. Yo lo veo como un simulacro de tornado”, dice Sasson. “Con suerte, nunca necesitarás saber qué hacer, pero si esa situación se produce, querrás tener un plan sobre lo que vas a hacer para ayudar a mantener con vida a tu ser querido”.

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Martes / 22:30 / CNN Chile