Católicos, judíos, musulmanes, mormones, evangélicos o Hare Krishna; estos y otros movimientos religiosos tienen como centro de su narrativa la devoción a una “persona” con grandes poderes, considerada como deidad, y bajo sus normativas deciden vivir su vida.
Estudios previos han demostrado cómo en momentos de trauma o crisis -principalmente relacionado con enfermedades y accidentes- las creencias basadas en la fe han logrado ayudar a las personas a superar el momento crítico que están atravesando, además de dar un nuevo sentido a sus vidas.
Ahora, en pleno período de pandemia, con altas tasas de contagios y millones de personas fallecidas, investigadores alemanes decidieron conocer cómo se encuentra el estado de la fe de las personas.
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Para ello, desde junio de 2020 hasta noviembre de 2021 aplicaron una encuesta a cinco mil participantes, quienes informaron que disminuyó significativamente su confianza a una “Fuente Superior” junto con el tiempo de oración y la meditación.
“Además, el fuerte aumento de los factores estresantes relacionados con el COVID se asoció con una disminución del bienestar y una continua pérdida de fe. Estos desarrollos se observaron tanto en católicos como en protestantes, y tanto en personas más jóvenes como mayores”, agregaron.
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Una serie de seguimientos detallaron que el 21,5% de las personas informaron perder su fe debido a la pandemia, incluso en personas agnósticas.
“Parece que, debido al largo curso del distanciamiento social y las restricciones relacionadas, los vínculos sociales y religiosos más o menos vitales entre las personas y las comunidades religiosas locales se vieron afectados e incluso interrumpidos (…) cuando los espacios sagrados (es decir, las iglesias) no son fácilmente accesibles, las personas pueden perder el acceso al centro de su vida religiosa pública”, indicaron en un comunicado.
El estudio fue publicado en la revista Journal of Religión and Health.
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