Nuevo estudio sugiere que el aceite de oliva puede proteger contra la demencia

Un reciente estudio realizado en Estados Unidos, y publicado en JAMA Network Open, reveló nuevos posibles beneficios para la salud del aceite de oliva, sugiriendo que incluso una pequeña cantidad diaria podría ofrecer una protección significativa contra la demencia.

La investigación, llevada a cabo por la nutricionista Anne-Julie Tessier de la Universidad de Harvard y su equipo, combinó los datos de encuestas realizadas a enfermeras y profesionales de la salud en las décadas de 1970 y 1980. Los participantes, que inicialmente estaban libres de enfermedades cardíacas y cáncer, fueron seguidos durante años, con un total de 4,751 de ellos falleciendo por causas relacionadas con la demencia.

Los resultados revelaron que aquellos adultos que consumían regularmente más de 7 gramos de aceite de oliva al día tenían un 28% menos de probabilidad de morir por enfermedades relacionadas con la demencia en comparación con aquellos que rara vez o nunca consumían aceite de oliva.

Según Tessier y su equipo, el aceite de oliva puede ejercer efectos antiinflamatorios y neuroprotectores debido a su alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados y otros compuestos con propiedades antioxidantes como la vitamina E y los polifenoles.

Estudios anteriores ya habían sugerido que las personas que consumen regularmente aceite de oliva tienen aproximadamente un 30% menos de riesgo de morir por una enfermedad neurodegenerativa.

Aunque estos hallazgos son prometedores, los investigadores advierten que el estudio se realizó principalmente en una población blanca y educada, por lo que los resultados podrían no aplicarse de manera generalizada. Además, al ser un estudio observacional, no se puede establecer una relación directa de causa y efecto entre el consumo de aceite de oliva y la protección contra la demencia.

Sin embargo, con las tasas de demencia en aumento en todo el mundo y sin una cura conocida, los expertos sugieren que las medidas preventivas, como una dieta saludable y el ejercicio físico y mental, son esenciales para mitigar estas enfermedades que afectan a más de 55 millones de personas en todo el mundo.