Conectó su cerebro a una antena: Conversamos con el primer cyborg del mundo - (03:00)
Cuando nos enamoramos de ese alguien especial, nuestro cerebro se inunda con dopamina – el preciado químico que nos hace sentir felices y contentos.
Uno de los principales productores del neurotransmisor es el área tegmental ventral del cerebro (conocida como VTA). Esta juega un rol fundamental en las “rutas de recompensa” de nuestra mente – una colección de regiones y conexiones en nuestra materia gris que refuerzan ciertos comportamientos, tales como comer o tener sexo.
El VTA es una zona especialmente dinámica para un grupo especialmente amoroso de la sociedad: las parejas felices.
Un estudio de 2012 observó los cerebros de parejas que estaban participando en relaciones largas y comprometidas (en un promedio de 21 años), y las comparó con la de otras recién formadas (las cuales llevaban menos de un año).
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Se le pidió a los participantes mirar una foto de alguien que apenas conocían, luego la de una amigo cercano y finalmente una de su pareja.
Las comparaciones de los escáneres cerebrales se veían similares de muchas formas. Sin embargo, el equipo descubrió que cuando los sujetos miraban fotos de su “media naranja”, el VTA comenzaba a brillar.
Esto sugiere que el amor puede hacer que necesitas a tu pareja, ya que sólo el hecho de verlo libera dopamina. Los resultados fueron los mismos para quienes estaban en relaciones a largo plazo, como para los que recién en el amor.
Pero, ¿cómo mantener viva la flama del amor? Bianca Acevedo, neurocientífica social e investigadora de la Universidad de California aseguró a Inverse, que todavía no se tiene una respuesta definitiva para la interrogante.
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Aún así, según explica la experta, otros hallazgos sugieren que toma más que sólo dopamina para mantener una relación estable. “Creo que para las parejas es importante saber que ciertos comportamientos y tendencias en las relaciones pueden influenciados por sus genes”.
“Es importante entender esto para que podamos navegar mejor en el mundo del amor, y no ser tan duros con nosotros y otros cuando las cosas no marchan como uno esperaría”, concluyó la especialista.
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