La conexión entre la calidad del aire y la salud respiratoria infantil ha dado un giro significativo con los hallazgos de un nuevo estudio.
La investigación realizada por la Universidad de Washington, en Estados Unidos, revela una fuerte asociación entre la contaminación atmosférica y un aumento en los ataques de asma en niños y adolescentes urbanos de bajos ingresos.
¿Qué dice el estudio?
En un esfuerzo pionero, el equipo investigó la relación entre los niveles de ozono y partículas finas en el aire, componentes característicos del smog, y la incidencia de ataques de asma.
Para llegar al resultado se analizaron datos de 208 niños de seis a 17 años con asma propensos a ataques, quienes residen en vecindarios de bajos ingresos en nueve ciudades de Estados Unidos.
Los resultados se validaron posteriormente en un segundo grupo de 189 personas de entre seis y 20 años que vivían en áreas de bajos ingresos en cuatro ciudades estadounidenses.
La investigación reveló que, sorprendentemente, incluso niveles moderados de estos contaminantes atmosféricos se asociaron con un mayor riesgo de ataques de asma en la población infantil estudiada.
El Dr. Hugh Auchincloss, director interino del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID), destaca la importancia de estos hallazgos al afirmar que “la fuerte asociación que este estudio demuestra entre contaminantes atmosféricos específicos y ataques de asma en niños de comunidades urbanas empobrecidas aumenta aún más la evidencia de que reducir la contaminación del aire mejoraría la salud humana”.
Este estudio se destacó por vincular directamente niveles elevados de contaminantes atmosféricos en áreas urbanas específicas con un mayor riesgo de ataques de asma en niños.
Uno de los aspectos más reveladores del estudio fue la identificación de cambios distintos en las vías respiratorias de los niños, desencadenados por los niveles elevados de ozono y partículas finas.
Durante un ataque de asma, la inflamación hace que las vías respiratorias se estrechen, afectando la respiración y causando molestias significativas.
Además, los investigadores descubrieron que casi el 30% de los ataques de asma fueron atribuibles a la contaminación atmosférica y no a virus respiratorios, lo que resalta la importancia crítica de abordar la calidad del aire para prevenir episodios de asma en niños.
Estos hallazgos sugieren la posibilidad de desarrollar tratamientos que contrarresten los efectos nocivos de la contaminación del aire en las vías respiratorias humanas.
La investigación fue publicada en la revista The Lancet Planetary Health.
Deja tu comentario