Gracias al desarrollo de nuevas tecnologías, los descubrimientos genéticos sobre los códigos de ADN que nos componen son todos los días más detallados. Ahora, un nuevo estudio está relacionando a las personas que “funcionan mejor en la mañana” con secuencias de bases relacionadas con los Neandertales.
La investigación publicada en Genome Biology and Evolution, analizó los “trozos de ADN Neandertal” que aún yacen en los humanos modernos, según afirmó John Capra, profesor de epidemiología y bioestadísticas de la Universidad de California y principal autor del estudio. A través del análisis de estos pequeños fragmentos genéticos, los expertos descubrieron que estas secuencias tendrían directa relación con los ciclos circadianos.
En un comunicado oficial, el experto aseguró al respecto que “estos efectos son predominantemente en una dirección consistente de aumentar la propensión a ser una persona matutina“.
Una ventaja evolutiva
Según detalla el estudio, los rasgos habrían sobrevivido tanto tiempo debido a que en algún momento fueron una ventaja evolutiva para los Neandertales. Así al menos lo aseguró Mark Maslin, profesor de la Universidad College London, quien afirmó que “cuando los humanos evolucionaron en el África tropical, la duración del día era en promedio de 12 horas. Pero a medida que te desplazas hacia el norte, los días se vuelven más cortos y más cortos en invierno, cuando los alimentos son particularmente escasos, por lo que tiene sentido comenzar a recolectar alimentos tan pronto como haya suficiente luz para trabajar” a The Guardian.
Esta ventaja asociada a cómo funcionan los días en latitudes más altas habría surgido a lo largo de la evolución de los Neandertales, en un proceso que duró cerca de 400.000 años. Todo hasta que los primeros humanos llegaron a Europa, cruzándose con estos homínidos ancestrales hasta que se extinguieron, pasando sus rasgos a nosotros.
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