Perder recursos esenciales como el agua, la tierra, la energía, el capital y la mano de obra, es una de las principales consecuencias del desperdicio de alimentos en el mundo. A esto se suman las emisiones de gases de efecto invernadero que provoca la descomposición de comida en vertederos y un aumento generalizado en el costo de la alimentación.

El problema es de tal magnitud que, de acuerdo a Naciones Unidas, aproximadamente el 17% de la producción total de alimentos se desperdicia. De allí que este 29 de septiembre, en un nuevo Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, el Colegio de Nutricionistas (Colnut) busca reivindicar el típico “lumami” para producir platos rápidos, simples y que no generen desperdicios.

“El lumami es la preparación hecha con las sobras de comidas de días anteriores. De ahí su nombre asociado a ‘lunes, martes y miércoles’”, indicó Álvaro Arias, integrante de la directiva nacional del Colnut.

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Según el experto, si bien históricamente, ésta ha sido una preparación de sectores populares para aliviar el gasto monetario, estas condiciones siguen vigentes hoy. “Estamos en medio de una crisis económica que ha golpeado, especialmente, a los sectores más vulnerables de la sociedad, y además estamos en una crisis ambiental. Así, el Lumami puede ser un aporte para familias y también para la comunidad”, dijo.

La idea es reciclar nuestra comida recogiendo una multitud de ingredientes por medio de un nuevo tipo de cocción, un nuevo acompañamiento o una nueva presentación, en un plato equilibrado y atractivo, donde se logre respetar la presencia de verduras, cereales y algún alimento proteico.

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El consumo de alimentos debe realizarse siempre bajo condiciones de seguridad y, por esto, señala el representante del Colnut, es importante tomar en cuenta no sólo el tiempo que tienen los alimentos, sino que también sus condiciones de almacenamiento.

“Nuestra comida se debe alejar de temperaturas de riesgo el mayor tiempo posible. Se debe cocinar los alimentos y luego bajar su temperatura rápidamente para almacenar en refrigeración, que es menor a 5 grados celsius; o que se ponga a congelar si es posible”.

Una comida refrigerada podría durar 48 horas sin mayor riesgo, aunque esto dependerá de los ingredientes y la humedad del alimento. Arias indica que en el caso de comidas con poca humedad y buenas condiciones de almacenamiento, podrían mantenerse por cuatro días.

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