Ya es de conocimiento general que contener los estornudos o taparse la nariz durante el acto puede ser bastante perjudicial para la salud. Sin embargo, no existían muchos casos médicos registrados que pudieran demostrar los daños físicos que puede ocasionar el no estornudar cuando el cuerpo lo demanda.
Ahora, por primera vez, se ha documentado el caso de un hombre que sufrió una fisura en su tráquea después de retener un estornudo.
Los riesgos de evitar un estornudo
Según el informe publicado en BMJ Case Reports, el paciente experimentaba rinitis alérgica mientras conducía. Luego, para evitar cerrar los ojos durante un estornudo, decidió taparse la nariz con sus dedos y cerrar la boca. Poco después, comenzó a sentir un dolor intenso en el cuello debido a una inflamación considerable.
Al acudir a la sala de emergencias, los especialistas notaron que el hombre no presentaba problemas para respirar o hablar; sin embargo, tenía dificultades para mover libremente el cuello debido al dolor. Durante la inspección de su tráquea, descubrieron que producía un sonido crujiente al presionarla, fenómeno conocido como “crepitus”.
Posteriormente, se le sometió a un examen de rayos X, que reveló la presencia de un “Enfisema quirúrgico”, una acumulación de aire entre las capas de la piel causada por heridas. Después de exámenes más detallados, los médicos descubrieron que el paciente tenía una abertura en su tráquea con una longitud, ancho y profundidad de aproximadamente 5 milímetros.
Los especialistas creen que este es el primer caso registrado de una lesión de este tipo provocada por “contener un estornudo”. Especulan que la lesión pudo haberse producido debido a que la presión del aire en las vías respiratorias superiores fue hasta 20 veces mayor de lo que el órgano está acostumbrado, ejerciendo la fuerza suficiente para “romperla”.
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