La altura de los techos en las salas de examen podría tener un impacto significativo en el rendimiento de los estudiantes, según una investigación reciente. Realizada por equipos de la Universidad de Australia del Sur y la Universidad Deakin, la investigación sugiere que los techos altos en espacios amplios podrían dificultar la concentración en tareas importantes, lo que afecta negativamente a los estudiantes durante los exámenes.
El estudio, publicado en el Journal of Environmental Psychology, se basa en los resultados de exámenes de 15,400 estudiantes a lo largo de ocho años en tres campus universitarios. Comparando las puntuaciones con el rendimiento esperado según el trabajo de curso previo, los investigadores encontraron que los estudiantes tendían a obtener peores resultados en salas con techos altos en comparación con aquellas con techos de altura estándar. Estos resultados se mantuvieron consistentes incluso al considerar variables como la edad, el género, la época del año y la materia del examen.
La psicóloga ambiental Isabella Bower, de la Universidad de Australia del Sur, comentó para ScienceAlert, “nos interesaba aplicar nuestros hallazgos de laboratorio a un entorno del mundo real para ver si la concentración en una tarea importante se veía afectada en un espacio grande como un gimnasio”. Bower y su equipo habían explorado previamente la relación entre la capacidad cognitiva y el tamaño percibido del entorno utilizando tecnología de mapeo cerebral y realidad virtual.
Aunque los investigadores no están completamente seguros de por qué los techos altos afectan el rendimiento, especulan que estos espacios grandes y abiertos pueden distraer a los estudiantes. Alternativamente, factores como la temperatura, la humedad o la cantidad de estudiantes presentes en la sala podrían estar influyendo.
“Estos espacios a menudo están diseñados para otros propósitos, como gimnasios o lugares de eventos. Necesitamos entender qué mecanismos cerebrales están en juego y si esto afecta a todos los estudiantes de la misma manera“, señaló Bower.
El estudio destaca la necesidad de considerar el diseño del entorno de examen para optimizar el rendimiento estudiantil y plantea interrogantes sobre cómo las características físicas del espacio pueden influir en la concentración y el éxito académico.
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