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(CNN) – Los servicios de inteligencia se acercan al final de una investigación de 90 días sobre los orígenes del COVID-19, encomendada por el presidente Joe Biden, y redactaron un borrador del informe clasificado que se encuentra en el proceso de revisión preliminar, según tres fuentes familiarizadas con la investigación.
Las fuentes familiarizadas con el informe inicial dicen que, después de tres meses de estudiar a fondo los datos y la información en bruto, la comunidad de inteligencia sigue dividida entre dos teorías: una que sugiere que el virus se originó en un laboratorio de Wuhan, China, y otra que sugiere que saltó de forma natural a los humanos desde los animales, dijeron las fuentes. El informe, tal y como está ahora, no contiene “nada demasiado impactante”, explicó una de las fuentes.
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En mayo, Biden pidió a las agencias de inteligencia estadounidenses que “redoblaran” sus esfuerzos para investigar cómo se originó el virus, incluyendo la posibilidad de que surgiera de un accidente de laboratorio. Biden ordenó la investigación tras recibir un informe anterior sobre los orígenes y pedir información de seguimiento, dijo en un comunicado. El plazo de 90 días que Biden estableció para esta investigación concluirá a finales de agosto.
Es posible que el borrador del informe sufra importantes modificaciones durante el proceso de revisión restante. Biden también encargó a la comunidad de inteligencia que desclasificara la mayor parte posible del informe, un proceso que ya está en marcha mientras se somete a las primeras revisiones.
La incapacidad de la comunidad de inteligencia para presentar una teoría con alta confianza después de tres meses de intenso trabajo subraya lo difícil que es indagar en los orígenes de la pandemia del COVID-19.
“No vamos a opinar sobre el fondo de la revisión de 90 días mientras esté en curso”, dijo un portavoz de la Agencia Nacional de Inteligencia (ODNI, por sus siglas en inglés) en una declaración a CNN.
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Pero, en última instancia, la negativa de China a compartir la información de los primeros días del brote y la falta de transparencia del país han sido un gran obstáculo, y los funcionarios se han mostrado ampliamente pesimistas sobre la posibilidad de encontrar una prueba irrefutable durante los 90 días de trabajo.
El informe, realizado sin la participación de China, está siendo revisado por la comunidad de inteligencia y por expertos externos para recibir sus comentarios antes de que se concluya a finales de este mes, dijeron las tres fuentes. Una vez que se finalice la versión clasificada, se elaborará también una versión no clasificada para que la administración de Biden pueda compartir algo con el público, explicó una de las fuentes.
Los funcionarios dijeron a CNN que el gobierno de Biden ha considerado la posibilidad de lanzar otra investigación si ésta no resulta concluyente, pero no está claro si hay una decisión tomada para reabrir la investigación después de que se publique el informe de 90 días.
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El mes pasado, un grupo bipartidista de legisladores dejó claro que quería que Biden siguiera investigando la cuestión de los orígenes hasta que la comunidad de inteligencia llegara a una evaluación de alta confianza, incluso si eso lleva más de 90 días.
Sin embargo, preocupa que el debate político en torno al origen del COVID y la negativa de China a compartir la información pertinente signifiquen que EE.UU. no llegue nunca a una conclusión definitiva en ese frente, dijeron dos fuentes.
“El hecho de que nuestros inspectores no estuvieran sobre el terreno en esos primeros meses siempre dificultará cualquier investigación sobre el origen del COVID-19“, dijo Biden cuando anunció que había iniciado la investigación, señalando que anteriormente había pedido que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) tuvieran acceso a China para conocer el virus y así ayudar a combatirlo con mayor eficacia.
Recopilar información sobre la amplitud de las acciones de China que pueden haber obstaculizado a las investigaciones de la Organización Mundial de la Salud o de otros orígenes fue uno de los dos objetivos principales de la revisión de 90 días del gobierno de Biden a principios de este verano, según un memorando de tareas enviado a las agencias pertinentes que fue obtenido por CNN.
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Pero a diferencia de la cuestión de si el coronavirus surgió primero de forma natural a través del contacto humano con animales en la naturaleza o en los mercados, o a través de un accidente de laboratorio, los funcionarios de inteligencia creen que hay suficientes pruebas para argumentar de forma convincente que el manejo inicial del brote por parte del gobierno de China y los esfuerzos para suprimir la información relevante en los meses posteriores, han limitado significativamente todos los esfuerzos para examinar los verdaderos orígenes de la pandemia, según una fuente familiarizada con los hallazgos.
A pesar de que existe casi un consenso entre esos funcionarios sobre el impacto de las acciones de China, no está claro hasta dónde llegará el gobierno de Biden para llamar la atención de Beijing públicamente una vez que termine su revisión de 90 días o cómo se incluirán esas conclusiones en la versión del informe que se publique, dijo la fuente.
“Lo que publiquen será interesante… pero ¿hasta dónde está dispuesto a llegar Biden? Si intenta estas medidas coercitivas sobre los orígenes, ¿cómo repercutirá eso en las demás cuestiones?”, dijo a CNN un antiguo funcionario estadounidense familiarizado con la inteligencia relacionada con la investigación sobre los orígenes.
El lanzamiento de la investigación por parte de Biden se produjo después de que un informe de inteligencia de Estados Unidos descubriera que varios investigadores del Instituto de Virología de Wuhan de China enfermaron de una infección o enfermedad no identificada en noviembre de 2019 y tuvieron que ser hospitalizados, un nuevo detalle que alimentó una nueva presión pública sobre Biden para que profundizara en el origen del virus.
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También se produjo después de que CNN reportara que el equipo de Biden cerró un esfuerzo del Departamento de Estado, estrechamente mantenido, lanzado a finales de la administración de Trump para probar que el COVID-19 se originó en un laboratorio de China, debido a las preocupaciones sobre la calidad de su trabajo.
Los funcionarios de la Casa Blanca han dicho que llegar al fondo del origen de la pandemia ayudará a prevenir otra, y después de los esfuerzos infructuosos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para investigar el asunto, el gobierno de Biden orquestó su propio esfuerzo.
En julio, la Casa Blanca dijo que estaba “profundamente decepcionada” cuando China rechazó el plan de la OMS para una segunda fase de investigación sobre el origen del coronavirus. Y tras la primera investigación de la OMS, la Casa Blanca criticó sus conclusiones debido al limitado acceso a “datos y muestras completas y originales”.
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