Un estudio dirigido por investigadores de NYU Langone Health ha descubierto que los programas informáticos de inteligencia artificial (IA) pueden identificar diferencias en cómo están organizados los cerebros de hombres y mujeres a nivel celular, a partir del análisis de resultados de resonancias magnéticas (RM). Estas variaciones se observaron en la materia blanca, un tejido crucial para la comunicación entre regiones cerebrales.
La investigación, presentada en el Congreso Europeo de Obesidad (ECO), utilizó técnicas de IA para analizar miles de escaneos cerebrales de RM de 471 hombres y 560 mujeres. Los resultados revelaron que los programas informáticos podían distinguir con precisión entre cerebros masculinos y femeninos al detectar patrones en la estructura y complejidad que eran invisibles al ojo humano.
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La autora principal del estudio, la neurorradióloga Yvonne Lui, MD, destacó para EurekAlert que estos hallazgos ofrecen una visión más clara de cómo está estructurado un cerebro humano vivo, lo que puede proporcionar nuevas ideas sobre el desarrollo y la presentación de trastornos neurológicos y psiquiátricos.
El estudio, publicado en la revista Scientific Reports, utilizó el aprendizaje automático para analizar grupos enteros de imágenes sin necesidad de inspeccionar puntos específicos, lo que ayudó a eliminar sesgos humanos. Los programas de IA lograron identificar correctamente el sexo de los escaneos entre el 92% y el 98% del tiempo, utilizando características como la dirección del movimiento del agua a través del tejido cerebral.
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Los investigadores subrayan la importancia de considerar la diversidad en el estudio de enfermedades cerebrales, ya que el uso histórico de hombres como modelo estándar podría haber llevado a perder información crítica. Sin embargo, advierten que las herramientas de IA no revelan qué sexo es más propenso a tener ciertas características.
El equipo planea continuar explorando las diferencias en la estructura cerebral relacionadas con el sexo con el tiempo, para comprender mejor los factores ambientales, hormonales y sociales que podrían influir en estos cambios.
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