Informe de la OMS revela que el 15% de los adolescentes ha experimentado alguna forma de ciberacoso

Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó el segundo volumen del estudio sobre el Comportamiento en Salud de los Niños en Edad Escolar (HBSC por sus siglas en inglés), centrado en el acoso escolar y la violencia entre pares en adolescentes de 44 países y regiones. Este estudio destaca la creciente preocupación por el ciberacoso, impulsado por la digitalización de las interacciones juveniles, y sus potenciales impactos en la vida de los jóvenes.

Los resultados muestran que, si bien las tendencias generales en el acoso escolar han permanecido estables desde 2018, el ciberacoso ha aumentado significativamente. Se reporta que aproximadamente el 12% de los adolescentes admiten ciberacosar a otros, y el 15% han experimentado ser ciberacosados. Estas cifras reflejan un aumento preocupante desde 2018, especialmente entre los niños.

Además, se encontraron diferencias de género significativas en el comportamiento de acoso escolar. Los niños mostraron una mayor tendencia hacia la agresión y las peleas físicas, mientras que el ciberacoso entre las niñas ha aumentado, lo que requiere soluciones específicas sensibles al género.

La Dra. Joanna Inchley, Coordinadora Internacional del estudio HBSC, enfatizó la necesidad de estrategias integrales para proteger el bienestar mental y emocional de los jóvenes en un mundo digital, que ofrece oportunidades de aprendizaje y conexión, pero también amplifica desafíos como el ciberacoso.

El Dr. Hans Henri P. Kluge, Director Regional de la OMS para Europa, subrayó la importancia de abordar el acoso y la violencia, tanto en línea como fuera de línea, destacando el papel crítico de los gobiernos, las escuelas y las familias en la protección de los jóvenes.

En respuesta a estos desafíos, la OMS/Europa ha publicado su primer documento de posición sobre la protección de los niños contra los daños en línea, con el objetivo de garantizar entornos en línea saludables para los niños.

Según detallaron los expertos detrás del estudio, esto podría no solo beneficiar al bienestar de los jóvenes, sino que también tiene repercusiones sociales más amplias, como la reducción de los costos de atención médica asociados con problemas de salud mental y mejores resultados educativos.