¿Ha llegado el fin de la depresión? Así lo propone un grupo de doctores del hospital St. Louis, en Estados Unidos, quienes han desarrollado una interfaz cerebro-computadora (BCI, en sus siglas en inglés) capaz de tratar la depresión sin la necesidad de abrir el cráneo del paciente.
La idea de la startup Inner Cosmos Inc., con sede en Scotts Valley, apunta a desarrollar una perforación completamente diferente a la implantación de microchips cerebrales ya conocidos. Detallan que no realizan una perforación profunda en el cráneo, como lo ejecuta la empresa Neuralink de Elon Musk.
El equipo indica que este pequeño implante cerebral se puede instalar cortando una capa delgada de milímetros en la parte superior del cráneo.
¿Cómo va a tratar la depresión?
Para tratar la depresión, la compañía indica que BCI enviará pequeñas corrientes eléctricas a los confines del cerebro para apuntar a las redes desequilibradas que contribuyen a la depresión.
Estas “píldoras digitales”, -del tamaño de dos centavos apilados- interactúa en un comienzo con la red de control cognitivo del cerebro una vez al día por unos 15 minutos. Luego, el paciente activa el sistema, colocando un segundo dispositivo, una cápsula de energía magnética, encima del ara del implante, esto es lo que envía los impulsos al cerebro a medida que mida ka actividad neuronal que emite el cerebro.
Inner Cosmos Inc. recibió la autorización de la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, en sus siglas en inglés) para acelerar su cronograma e iniciar los ensayos clínicos en humanos.
Su segundo ensayo en humanos, si es que tiene éxito podrá allanar el camino para tratamientos más avanzamos en la neurociencia, con este procedimiento que tan solo toma 30 minutos.
Deja tu comentario