Un reciente estudio, detallado en la revista Neurobiology Disease, ha arrojado luz sobre la secuencia de eventos que preceden a la muerte cerebral completa, desafiando la percepción tradicional de este proceso. Investigadores han logrado no solo identificar estos eventos, sino también proponer posibles formas de revertir la detención de la actividad neuronal, ofreciendo un avance significativo en el entendimiento de las “experiencias cercanas a la muerte”.
Antes de este estudio, el cese del funcionamiento cerebral era un fenómeno enigmático. A diferencia de la muerte instantánea del cuerpo humano, la muerte cerebral se desarrolla a lo largo de un periodo más extenso, generalmente cuando las neuronas se ven privadas de oxígeno y adenosín trifosfato.
Según los expertos, esta privación desencadena la liberación masiva del neurotransmisor glutamato, generando un aumento en la actividad neuronal justo antes del fallecimiento, especialmente en ondas gamma y beta, asociadas comúnmente con experiencias conscientes. Séverine Mahon, autora del estudio, sugiere que estas ondas podrían estar vinculadas a las visiones reportadas por aquellos que han experimentado eventos cercanos a la muerte.
Posteriormente, el cerebro experimenta un silenciamiento antes de enviar ondas que alteran de manera permanente las estructuras y funciones de la materia gris, conocido como “la onda de la muerte“, que culmina en la despolarización de las neuronas.
El estudio revela que este fenómeno podría ser revertido si el cerebro se reoxigena a tiempo. No obstante, hasta ahora se desconocía el origen exacto de la “onda de la muerte“. Los científicos, a través de ensayos en modelos animales, descubrieron que esta se origina en las neuronas excitatorias, presentes en las capas corticales más profundas.
Este hallazgo no solo desmitifica el proceso de la muerte cerebral, sino que también plantea la posibilidad de rescatar a una persona del umbral de la muerte incluso después de que las lecturas de actividad cerebral se hayan estabilizado. Además, ofrece perspectivas cruciales para mejorar la protección cerebral en pacientes que enfrentan insuficiencia cardiopulmonar. Este avance redefine nuestro entendimiento de la muerte cerebral y destaca la importancia de investigaciones continuas para transformar nuestras capacidades médicas.
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