De acuerdo con cifras otorgadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren más de 8 millones de personas a causa del tabaco. Al respecto, investigadores israelitas acaban de descubrir un nuevo efecto negativo ocasionado por el tabaquismo.
Un equipo de especialistas de la Universidad Ben-Gurion del Néguev (BGU) reveló que el humo de los cigarrillos daña la biopelícula protectora presente en los pulmones. Esto resultaría especialmente peligroso al combinarse con problemas respiratorios causados por el COVID-19.
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En su informe, los investigadores aseguran que se conoce mucho sobre los efectos del tabaquismo en la salud, más no sobre el potencial de toxicidad de sus ingredientes. Para analizar esto, el equipo desarrolló un sistema de prueba de humo.
El método consiste en bacterias bioluminiscentes modificadas genéticamente las cuales miden la mezcla molecular del humo del cigarrillo filtrado y sin filtrar. En total, se examinaron 12 tipos diferentes de cigarrillos comerciales de diferentes precios y marcas.
“Encontramos que el humo del cigarrillo afecta la comunicación entre las bacterias, lo cual, a su vez, puede dañar a los microorganismos del cuerpo y ocasionar un efecto negativo en la formación de biopelículas, las que protegen las colonias de bacterias pulmonares”, relataron en un comunicado.
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Durante los análisis, el grupo descubrió que los filtros ayudaron de alguna forma a reducir la toxicidad. Según el profesor Robert Markses de la BGU estos son “un elemento crucial para reducir el daño del tabaquismo, por lo que es necesario desarrollar nuevos filtros”.
Finalmente, los expertos aseguraron que las compañías tabacaleras, investigadores y académicos pueden usar su método de panel bacteriano para monitorear la toxicidad de los cigarrillos y asegurar la efectividad de sus filtros a un “precio razonable”.
El estudio completo fue publicada en la revista científica Talanta.
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