Comúnmente se ha vinculado los hábitos irregulares del sueño y la alimentación con el estado anímico de las personas. Incluso, en los últimos años importantes investigaciones han revelado los riesgos del trabajo por turnos para el ritmo circadiano interrumpido.
Para investigar su impacto, un grupo de científicos del Brigham and Women’s Hospital, en Estados Unidos, puso a prueba los hábitos alimenticios y los trabajos por turnos en 19 participantes.
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Estos fueron sometidos a un régimen que recrea los efectos del trabajo nocturno que involucraba la luz tenue durante 28 días. Se encontró que sus ritmos cicadicircadianos se desalinearon y se invirtieron sus ciclos de comportamiento en 12 horas.
Asimismo, el equipo decidió analizar en todo momento sus síntomas de depresión y ansiedad y observaron que la depresión aumentó en un 26% y los niveles de humor similares a la ansiedad en un 16%, al contrario de los que trabajan durante el día.
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El autor del estudio, Frank AJL Scheer, dijo que los “hallazgos proporcionan evidencia del momento de la ingesta de alimentos como una estrategia novedosa para minimizar potencialmente la vulnerabilidad del estado de ánimo en personas que experimentan una desalineación circadiana, como las personas que trabajan por turnos, experimentan desfase horario o sufren trastornos del ritmo circadiano“.
Si bien se trata de prometedores resultado para plantear la posibilidad de utilizar el horario de comida como una forma de reducir la vulnerabilidad del estado anímico, también arroja importante información sobre el papel clave que juega el sueño y la dieta en la salud mental.
La investigación fue publicada en la revista Proceedings of the National Acadamy of Sciences.
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