Hace tan solo unos días, la publicación del medio alemán Die Welt dio la vuelta al mundo y abrió un nuevo debate al revelar que dos guarderías estaban estudiando o habían puesto en marcha espacios para que los menores participen en juegos sexuales y exploren su sexualidad.
Una guardería en la ciudad de Rheinberg ha dispuesto un salón para que los niños jueguen a los médicos y exploren entre sí sus cuerpos, dándoles la libertad de que elijan a qué compañero o compañera les gustaría explorar.
Por otro lado, un jardín infantil ubicado en Renania del Norte-Westfalia ya se encuentra creando salas especiales para que los niños puedan “descubrirse y satisfacerse físicamente”.
Si bien el medio alemán indica que el Ministerio de Infancia de Renani el Norte-Westfalia dejó en claro que las oficinas estales de bienestar juvenil no permitirá la aplicación de estas salas en el estado, no tomarán acciones sobre las guarderías que han implementado o planificado estos espacios de exploración sexual.
“No se puede impedir el comportamiento sexual de los niños”, argumentó el Ministerio de Infancia de Renani el Norte-Westfalia.
¿Afectaría a las niñas y niños?
En Futuro 360 conversamos con expertas chilenas sobre cómo esto podría afectar a los menores.
La directora de Pedagogía de Educación de Párvulos de la Universidad del Desarrollo, Josefina Valdivia, explica que la curiosidad e interés por el cuerpo en los menores es común para las etapas de desarrollo, pero hay que tener en cuenta que cuando esto parece indicar más que una curiosidad inofensiva, “la enseñanza debe apuntar a la protección de sus cuerpos, explicando lo que es un contacto afectivo correcto versus uno incorrecto e inadecuado”.
La psicóloga infantil Katherine Urrutia concuerda: es crucial equilibrar la promoción de la autoexploración saludable con la protección de su inocencia y la prevención del abuso.
“La curiosidad es normal en los niños pequeños, pero es esencial guiarla de manera adecuada. Prácticas inapropiadas en un entorno educativo pueden generar confusión y, en algunos casos, facilitar situaciones de abuso. La comunicación y la educación son fundamentales para prevenir”, agrega Urrutia.
¿Existe una edad “perfecta” para hablar sobre sexualidad con los niños?
Si bien no existe esta edad ideal, las expertas dicen que es esencial iniciar las conversaciones sobre sexualidad desde una edad temprana, adaptándola a la madurez del niño.
“Son los padres también los que deben responder las preguntas o dudas que ellos tienen, pero con un vocabulario adecuado y real, sin sorprenderse o reírse, ayudándolos a crecer sanos en temas de sexualidad, intimidad y relaciones”, afirma Valdivia.
En tanto, la psicóloga Urrutia -experta en el ámbito de abuso sexual infantil-, resalta que es importante que los padres promuevan el respeto por el cuerpo y los límites, así como también que proporcionen información precisa, pues esto puede ayudar a los niños a desarrollar una comprensión saludable de la sexualidad.
Los problemas de sexualizar a niños a temprana edad
Artículos han descrito y vinculado la relación que existe entre la sexualización temprana y el desarrollo cognitivo de los niños.
Urrutia explica que los efectos en cada menor pueden variar según diversos factores, como su edad, el grado de sexualización o factores contextuales, como:
Distracción cognitiva: Si los niños son expuestos a contenido sexualizado o situaciones demasiado pronto, podría haber una distracción o detención de las actividades cognitivas. La exposición a estímulos sexuales inapropiados podría dificultar la concentración en tareas académicas y cognitivas.
Confusión emocional: La exposición prematura a temas sexuales podría ser confusa y desencadenar una respuesta emocional que distraiga de los procesos cognitivos. La falta de madurez emocional para comprender completamente áreas para los que aún no están preparados, incluso biológica y neuronalmente, podría tener un impacto negativo en el pensamiento lógico y en la toma de decisiones cuando sea adolescente o adulto; al producirse una estimulación temprana, es posible que su desarrollo en la adultez tenga consecuencias como las que son advertidas en personas que fueron abusadas de niños y tienen serios problemas en el ámbito sexual, incluso relacional.
Cambios en la percepción: La exposición a contenido sexualizado podría influir en la forma en que los niños se perciben a sí mismos y a los demás. Esto podría afectar la construcción de la identidad, la autoimagen y la forma en que interactúan con el mundo, lo que a su vez podría tener ramificaciones cognitivas.
Desarrollo de valores y normas: La sexualización temprana también podría influir en la formación de valores y normas en los niños. Si se promueven conceptos distorsionados o inapropiados sobre la sexualidad, esto podría afectar la capacidad de los niños para desarrollar un pensamiento crítico y ético.
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