Expertos vinculan la contaminación ambiental con un aumento en las posibilidades de padecer osteoporosis

La osteoporosis es una enfermedad “silenciosa” que a menudo no se detecta hasta que ocurre una lesión debilitante. En India, se cree que más de 61 millones de personas padecen esta condición. Diversos factores como cambios hormonales, falta de ejercicio, consumo de alcohol y tabaquismo contribuyen a la osteoporosis. Sin embargo, un factor adicional ha captado la atención de los investigadores: la contaminación del aire.

Estudios en diferentes países han encontrado una correlación entre la alta contaminación y la mayor incidencia de osteoporosis.

En Noruega, un estudio de 2007 reveló una correlación entre la exposición a la contaminación del aire y la reducción de la densidad ósea en hombres mayores. Investigaciones en Estados Unidos encontraron que la exposición a niveles más altos de material particulado (PM2.5) y hollín (carbono negro) se asociaba con tasas más altas de fracturas óseas y otros marcadores de osteoporosis. Un análisis en el Reino Unido también mostró que vivir en áreas más contaminadas aumentaba en un 15% el riesgo de fracturas.

En India, un estudio en Hyderabad encontró que las personas que viven en áreas más contaminadas tienen menor contenido y densidad mineral ósea. La quema de combustibles fósiles y residuos agrícolas, así como el uso de estufas tradicionales, contribuyen significativamente a la contaminación del aire en el país.

La relación entre la contaminación del aire y la osteoporosis subraya la necesidad urgente de implementar políticas para reducir la contaminación y mejorar el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad. Actualmente, la falta de equipos de prueba de densidad ósea, especialmente los escáneres DEXA, dificulta la detección temprana de la osteoporosis. Según Uma Kumar, del Instituto de Ciencias Médicas de toda la India, muchos casos no se diagnostican debido a esta escasez.

La evidencia sugiere que la contaminación del aire no solo afecta la salud respiratoria y cardiovascular, sino también la salud ósea, proporcionando una razón más para abordar este problema ambiental de manera integral.