Un grupo de investigadores de las universidades de Harvard y Pensilvania de Estados Unidos publicaron una hipótesis llamada La mente después de la medianoche, la cual indica que los humanos no están hechos para desvelarse durante la noche biológica circadiana, es decir, después de las 00:00 horas.
Los científicos aseguran que si las personas permanecen despiertas hasta la madrugada, se pueden producir cambios neurofisiológicos en el cerebro y estos “pueden hacer que sea más probable que (el individuo) vea el mundo de forma negativa, participe en comportamientos dañinos y tome decisiones impulsivas (incluidas las asociadas con comportamientos adictivos como el abuso de sustancias y el juego) sin pensar completamente en las consecuencias”, señaló el Hospital General de Massachusetts a través de un comunicado del pasado 6 de agosto.
Elizabeth B. Klerman, investigadora del Departamento de Neurología del recinto, académica de la Universidad de Harvard y autora principal del artículo, explicó que “la idea básica es que, desde un punto de vista evolutivo global de alto nivel, el reloj circadiano biológico interno está sintonizado hacia procesos que promueven el sueño, no la vigilia, después de la medianoche”.
De este modo, la especialista describe la hipótesis como un llamado para que los investigadores realicen nuevos estudios para comprender mejor cómo estas diferencias circadianas afectan el comportamiento, la toma de decisiones y el desempeño laboral durante la noche. Estos podrían identificar estrategias que pueden ayudar a las personas a sobrellevar la situación, consignó el documento mencionado.
“Hay millones de personas que están despiertas en medio de la noche, y hay bastante buena evidencia de que su cerebro no está funcionando tan bien como lo hace durante el día”, dice Klerman. “Mi petición es que se realicen más investigaciones para analizar eso, porque su salud y seguridad, así como la de los demás, se ven afectadas”, agregó.
De hecho, en el comunicado se advierte que investigaciones anteriores han señalado que, por la noche, las personas corren un mayor riesgo de participar en conductas dañinas como el suicidio, los delitos violentos y el consumo de sustancias.
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¿Por qué ocurre esto?
Klerman explica que la influencia circadiana en la actividad neuronal de nuestro cerebro cambia en el transcurso de 24 horas, lo que genera diferencias en la forma en que procesamos y respondemos al mundo, indica el recinto.
En ese sentido, explican que el afecto positivo, es decir, la tendencia de ver la información bajo una luz positiva, está en su punto más alto durante la mañana, cuando las influencias circadianas están sintonizadas con la vigilia, y en su punto más bajo durante la noche, cuando las influencias circadianas están sintonizadas con el sueño. La tendencia a ver la información bajo una luz negativa (afecto negativo) o amenazadora es más alta durante la noche.
“Tu cuerpo también produce naturalmente más dopamina por la noche. Esto puede alterar su sistema de recompensa y motivación y aumentar la probabilidad de participar en comportamientos de riesgo”, explican desde el recinto. “Esta interpretación sesgada de la información luego se envía a las partes del cerebro responsables de la toma de decisiones, que normalmente trabajan para controlar las distracciones emocionales negativas y enfocarse en el comportamiento orientado a objetivos”, agregan.
No obstante, en la noche estas partes del cerebro también están sujetas a cambios que son influenciados por el ritmo circadiano, el cual puede afectar la toma de decisiones, el funcionamiento y la priorización.
Es así, concluye el comunicado, que “de repente, su visión del mundo se estrecha y se vuelve más negativa, comienza a tomar malas decisiones y es posible que el mapa mental que crea del mundo que lo rodea ya no coincida con la realidad”.
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