Han pasado tres años desde la aparición del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, y si bien se desarrollaron vacunas contra él en tiempo récord, la comunidad científica aún se encuentra investigando sus efectos en el cuerpo humano.
Un último análisis dirigido por científicos de los Institutos Nacionales de Salud, en asociación con la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, ha descubierto que este virus se encuentra presente desde el cerebro hasta el corazón.
Realizando autopsias a 44 pacientes que murieron a causa o con COVID-19, analizaron el tejido de diferentes partes del cuerpo, específicamente en 84 lugares diferentes, como:
- Cerebro.
- Intestino.
- Corazón.
- Riñones.
- Ojos.
- Glándulas suprarrenales.
- Ganglio linfáticos, entre otros.
La carga más alta de ARN viral se encontró en las vías respiratorias y el tejido pulmonar, detalla la investigación publicada en Nature.
El equipo detalla que el tejido analizado provino de pacientes en diferentes etapas de infección, desde etapas tempranas hasta nueve meses después de la enfermedad aguda.
“Mostramos que el SARS-CoV-2 se disemina por el cuerpo humano y el cerebro al principio de la infección a niveles altos y proporcionamos evidencia de la replicación del virus en múltiples sitios extrapulmonares durante las dos primeras semanas posteriores al inicio de los síntomas”, detallan los autores.
Se espera que el equipo pueda replicar los datos sobre la resistencia viral y estudiar la relación del COVID largo, logrando impulsar así un proyecto de cuatro años de análisis.
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