Música provoca sincronización en el cerebro - (02:35)
En la ciudad española de San Cristóbal de La Laguna, en Islas Canarias, algunos habitantes tienen la sorprendente habilidad de hablar al revés.
Diciendo “Nasbue chesno” en vez de “buenas noches” o “laho ¿moco tases?” en vez de “hola ¿cómo estás?”, estas personas pueden dar vuelta el orden de las sílabas de cada palabra. Ahora, los ciudadanos de La Laguna están pidiendo que la extraña forma lingüística sea reconocida por la UNESCO como un “patrimonio cultural inmaterial”.
Hay personas que no ven nada especial en este hábito, pero ese no es el caso de Adolfo García, neurolingüista argentino, quien afirma que “los habladores inversos (…) tienen una habilidad extraordinaria para revertir rápidamente palabras, oraciones y textos, reordenando los sonidos del habla, pero conservando su identidad”.
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El experto aseguró para agenciacyta que estas personas son un modelo clave para estudiar una característica esencial del lenguaje, que es la secuenciación de problemas. Según explica García, un fonema es una unidad abstracta que reúne una familia de sonidos posibles en una lengua.
“La secuenciación de fonemas es vital para la comunicación cotidiana, dado que esta habilidad no sólo permite diferenciar palabras, sino que también multiplica las posibilidades comunicativas de una lengua al posibilitar numerosos ordenamientos de un mismo conjunto de elementos”, agregó el profesor.
García se propuso estudiar con otros colegas el cerebro de las personas con la notable habilidad de hablar al revés. Indagaron en dos adultos argentinos capaces de hablar al revés, comparándolos con otras que carecían de la aptitud.
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El estudio apunta que los habladores inversos tienen una capacidad superior a los sujetos promedios en tareas que requerían secuenciar fonemas. “Además demostramos que esas ventajas no se explicaban por mejores habilidades de memoria de trabajo, lo cual sugiere que se trataría de una capacidad específicamente lingüística”, apuntó García.
Finalmente demostraron que estas extraordinarias personas presentaban un mayor volumen y conectividad no sólo en regiones clásicamente asociadas al procesamiento de fonemas (a lo largo de la llamada vía dorsal del hemisferio izquierdo), sino que en regiones de procesos semánticos, asociativo-visuales y de control cognitivo.
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