(CNN) —Cuando Aaron Bernstein se convirtió en pediatra hace 15 años, no se le ocurrió que la crisis climática se convertiría en un problema de salud crítico para sus pacientes jóvenes.
Sin embargo, a lo largo de los años, comenzó a notar que más niños visitaban las salas de emergencia por enfermedades relacionadas con el calor, y algunos incluso sufrían problemas de salud mental inducidos por el clima .
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“Casi nadie estaba considerando el cambio climático como un problema de salud en ese momento (…) Me siento como un completo idiota por no haberlo visto antes, porque podríamos haber estado más adelantados de lo que hemos estado”, dijo a CNN.
Hace algunos días, el New England Journal of Medicine, que Bernstein llamó el “santo grial” de todas las revistas médicas, publicó una revisión exhaustiva de la ciencia hasta la fecha y concluyó que los efectos de la quema de combustibles fósiles, como la contaminación del aire, el clima sever , la mala calidad del agua y el calor extremo, representan un riesgo significativo y creciente para la salud de bebés y niños.
Frederica Perera, autora principal de la revisión, señaló que el propósito del estudio era no solo mostrar el vínculo entre la gran dependencia del planeta de los combustibles fósiles y la salud de los niños, sino también señalar las soluciones disponibles que evitarían que los desastres provocados por el cambio climático pongan en peligro a los más jóvenes del mundo.
“Hemos estado viendo toda esta gama de efectos climáticos que están enviando a los niños a la sala de emergencias, y la lista continúa, así que decidí ponerlo todo junto (…) En cierto modo, estas son malas noticias, pero mira, sabemos cómo lidiar con esto. Sabemos cómo reducir las emisiones. Podemos tomar medidas ahora para marcar una gran diferencia“, dijo Perera a CNN.
Aunque el documento describe varios eventos climáticos extremos, incluidas las inundaciones y la contaminación del aire, los investigadores dicen que el calor sigue siendo el más letal de todos.
“El calor es engañoso“, sostuvo Bernstein, quien no participó en la revisión. Y debido a que los impactos del calor pueden pasar desapercibidos, Perera dijo que es fácil que los padres o tutores adultos, que tienen la capacidad de regular la temperatura corporal mejor que los niños, pasen por alto algunos síntomas cuando un niño sufre alguna afección relacionada con el calor.
Los expertos han notado durante años que las poblaciones más vulnerables, incluidos los niños y las mujeres embarazadas, corren el mayor riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el calor, como un golpe de calor.
“Los niños dependen de los adultos para su cuidado y para recibir suficientes líquidos y ser colocados en un lugar fresco, lo que los hace particularmente vulnerables“, detalló Perera. “Hemos visto casos trágicos de niños que mueren en autos estacionados durante olas de calor, donde los padres no han entendido qué tan caliente es”.
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“Sabemos más que suficiente para reconocer el calor como un riesgo importante para la salud de los niños“, recalcó Bernstein. “Tenemos evidencia de que los niños están apareciendo en las emergencias con problemas cuando hace calor; que las mujeres que están embarazadas y expuestas al calor pueden tener peores resultados en el parto; y que el calor afecta la capacidad de los niños para aprender”.
Perera recalcó que “el reloj corre“. “Probablemente, tengamos menos tiempo debido a la trayectoria ascendente muy pronunciada de las emisiones y las temperaturas, pero podemos hacer mucho para ayudar a los niños y las familias a adaptarse a las condiciones ya existentes provocadas por el cambio climático“.
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